Los barrios pueden pedir fondos para sus obras hasta marzo

La comuna Miraflores presenta proyectos cada año. Este adoquinado fue el primero. Foto: EL COMERCIO

Las calles polvorientas de la comuna Miraflores, que en invierno se convertían en caminos lodosos, ahora tienen adoquines comunes y ecológicos.
Este asentamiento -con alrededor de 500 habitantes- está ubicado dentro del parque Metropolitano Guangüiltagua. Antes, la cancha que pertenece a la liga barrial era muy rudimentaria. Ahora fue adecentada, tiene camerinos, baterías sanitarias y una tribuna; además de arcos.
Las obras fueron construidas con dineros municipales, pero se levantaron tras una iniciativa de los vecinos del lugar. Ellos han aplicado al programa de Presupuestos Participativos, que hasta el 2016 ascendía al 60% del monto con el que contaban las nueve administraciones zonales para los gastos de inversión.
Pero desde el 2017, la Asamblea de Quito decidió subir al 70% la cantidad de recursos cuya inversión se decide por pedido de la comunidad.
El monto anual asignado a este tema pasó de USD 12 millones en el 2013 a 28 millones este año. En estos seis años la ciudadanía ha logrado que con alrededor de USD 110 millones se realicen unas 1 800 obras.
La inversión fue creciendo a partir de que en el 2016 se expidió la Ordenanza 102, que promueve y regula el Sistema Metropolitano de Participación Ciudadana y Control Social.
Se trata de obras a simple vista pequeñas, pero que mejoran las condiciones de vida en los barrios. Según Diego Hidalgo, director metropolitano de Participación Ciudadana, la repartición de estos fondos se define de acuerdo con la dispersión poblacional y analizando las necesidades básicas insatisfechas en cada zona del Distrito.
Este dinero está destinado a financiar obras de infraestructura comunitaria como casas barriales, casas del adulto mayor, readecuación de parques, juegos infantiles e inclusivos, adoquinados, asfaltados, recuperación de quebradas, talleres comunitarios, etc. En este último caso se han hecho trabajos como la Casa Somos de Puengasí o la Casa Somos Cochapamba, que imparte talleres en distintos barrios.
En La Magdalena, los miembros del equipo Barricada se dieron cuenta de que había una cancha que, de ser rehabilitada, les permitiría jugar indorfútbol a gusto. Ese espacio descuidado es ahora Indo Rock, una cancha con césped sintético que un grupo de futbolistas aficionados y amantes del rock pidieron, a través de este mecanismo. La cancha fue inaugurada el 7 de julio del 2018 con música y deporte.
Para Susana Sánchez y Miguel Coyago, dos de los cinco miembros del Cabildo de la comuna Miraflores, esta es una buena iniciativa para que la comunidad trabaje junto al Municipio. “Nos han dado oportunidad de hablar”, señala la mujer, que ha vivido 28 de sus 55 años en esa zona.
Ella relata que antes pedían obras pero no tenían dónde exponerlas. Ahora están cada vez más organizados. El Cabildo se reúne una vez al mes y luego convoca a una asamblea general. Además de la cancha y del adoquinado de las angostas calles de la comuna, consiguieron que les cambiaran el techo de la casa comunal, que fue construida por los vecinos.
Este año se ejecutarán los proyectos que presentaron en el primer trimestre del año pasado. Se trata de un anillo vial alrededor de la comunidad, obras para una guardería y juegos inclusivos para su parque.
Hidalgo explica que la idea de este mecanismo es fomentar la participación ciudadana en una planificación sostenida. Por ello, cada año se ejecuta lo planeado en el anterior. Es decir que lo que se decida este año se ejecutaría en el 2020, salvo que la nueva administración cambie el modelo.
Quito tiene nueve administraciones zonales, 33 parroquias rurales, 32 parroquias urbanas y 66 comunas. Los proyectos para estos presupuestos nacen en las asambleas barriales que cuenten con al menos 30 personas y tengan 4 representantes para participar en las asambleas parroquiales.
Esas organizaciones también están creciendo. Según el Municipio, de las 189 asambleas que existían en el 2016 se subió a 730 al cerrar el 2018, además de 20 comunas. Sin embargo, aún queda camino por andar, puesto que en la ciudad hay unos 1 500 barrios regularizados actualmente.
Hidalgo explica que una de las realidades más problemáticas en Quito es la dispersión. Esta hace que la dinámica de la participación urbana con la rural sea distinta, también por la densidad poblacional. El funcionario indica que la participación ciudadana es más alta cuanto más población y más necesidades hay en un barrio.
Los presupuestos participativos se trabajan como un mecanismo para generar involucramiento en la comunidad y crear interacción entre varios actores y no únicamente con los mismos líderes barriales de siempre. Así, afirma, se logra fortalecer el tejido social para una comunidad más segura, que trabaja por mejorar su calidad de vida y se apropia de sus espacios públicos.
¿Cómo acceder?
Descargue la solicitud de obra pública o proyectos sociales entre el 1 de enero y el 31 de marzo del sitio gobiernoabierto.quito.gob.ec.
O retire una ficha de la administración zonal en la que esté ubicado su barrio.
No hay un monto mínimo para obras pero sí un máximo. Si su pedido excede el asignado a su parroquia, no será tramitado dentro de presupuestos participativos.
Cuando se trata de calles, estas deben tener trazado vial y el sector debe contar con sistema de alcantarillado. Otras obras deben planearse en predios municipales.
El Municipio realiza estudios de prefactibilidad de las obras requeridas desde abril hasta el 30 de junio.
Por un mes hay reuniones informativas y entre agosto y septiembre se hacen asambleas parroquiales de presupuestos participativos, para elegir las obras.
En noviembre se incorporan los pedidos que la comunidad priorizó a la agenda de trabajo de las nueve administraciones zonales.