122 km de vías se repavimentaron en la primera fase del plan, en Quito

En la avenida Cóndor Ñan y Maldonado, en el sur, obreros colocaron ayer asfalto rígido.

En la avenida Cóndor Ñan y Maldonado, en el sur, obreros colocaron ayer asfalto rígido.

En la avenida Cóndor Ñan y Maldonado, en el sur, obreros colocaron ayer asfalto rígido. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

El plan de repavimentación vial Kilómetro a kilómetro del Municipio tiene, hasta el momento, 80 intervenciones concluidas y 12 en ejecución. En esta primera fase, que arrancó en septiembre del 2019, estaban previstos 150 km de obras y, según la Epmmop, se han completado 122.

En las vías se han aplicado distintas técnicas, según la carga vehicular que tiene cada calle o avenida. 93 km fueron repavimentados, otros 14 son vías nuevas (antes eran de tierra o piedra) y los 15 restantes tienen pavimento rígido.

Pero, ¿cómo se decide la técnica que se utiliza en cada vía? Germán Luna, decano de la Facultad de Ingeniería Civil de la Escuela Politécnica Nacional, explica que para determinar si se debe colocar una nueva estructura o solo hacer una repavimentación hay que evaluar la calidad de la anterior y estudiar el daño que presente la calle que será intervenida.

Cuando se repavimenta en la av. Orellana o Simón Bolívar, que están terminadas, o vías como la Ilaló, que sigue en obras, se cambia la capa de rodadura, por su deterioro.

En otras vías, como la Eugenio Espejo (Nayón), se pone estructura nueva, con base granular y otra carpeta asfáltica, porque su daño requiere de obras más profundas.

Pero hay otros casos, como el ingreso a Quito desde el valle de Tumbaco, por la avenida El Inca, las vías del Trole, los corredores o la Ecovía, que reciben un tratamiento distinto.

En ellas se construyen losas de hormigón hidráulico, porque estas pueden soportar más peso y mayor demanda por el alto tránsito vehicular.

Luna dice que para cada vía se hace un estudio, por lo que el diseño del material que se empleará es diferente. Sin embargo, en la ciudad y en el país el único proveedor de asfalto es Petroecuador, y luego se procesa en la planta de producción de la Epmmop.

Verónica Miranda, presidenta del Colegio de Ingenieros Civiles de Pichincha, señala que, idealmente, el asfalto debería tener una vida útil de 12 años. Pero en el país suele durar unos seis años, debido al tipo de materiales y al uso.

Luna explica que uno de los problemas es el escaso control del peso, porque usualmente entran a la ciudad camiones que sobrepasan la carga para la que fueron diseñados los pavimentos. El daño que causan es exponencial, dice, porque si el sobrepeso es del 10%, la afectación es dos o tres veces mayor.

El asfalto a corto plazo cuesta menos, indica Miranda, pero requiere de mantenimiento constante, lo cual, a la larga, puede ser más costoso que el hormigón. Este último dura más, porque su vida útil es de 25 a 40 años.
También le da mejor visibilidad a los conductores, porque su color es claro. Pero se debe esperar unos 28 días después de terminada la obra para abrirla al tránsito.

La Epmmop informó que el único mantenimiento que requieren las vías de concreto es la reposición del sellado de juntas entre losas. Y agregó que si bien la duración del concreto frente al asfalto caliente es de 4 a 1, el costo aproximado también es cuatro veces mayor que el otro material.

Debido a la emergencia sanitaria por el covid-19, hubo una suspensión de 62 días. Los trabajos en 9 frentes se reactivaron el 18 de mayo y otros tres se reabrirán próximamente. En las obras trabajan 166 personas a cargo de contratistas y 87 están bajo administración directa de la Epmmop.

La empresa municipal firmó tres contratos externos por USD 42,5 millones, de los cuales se han pagado cerca de 23 millones. La administración directa tiene una inversión de USD 4,8 millones.

Ahora, la entidad planea licitar nuevos contratos en los próximos 30 días, para realizar intervenciones en 95 kilómetros de vía, en la segunda fase del plan. Se trata de conexiones de barrios y parroquias suburbanas, dijo la entidad.

También se prevén obras viales complementarias como limpieza y mantenimiento de cunetas y arreglo rutinario en calles, incluyendo señalización horizontal y vertical.

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