Metro de Quito: el sueño de movilizarse con facilidad

Instalaciones Metro de Quito con acceso para personas con discapacidad. Foto: Cortesía

“Lamentablemente no puedo usar el transporte público. La única vez que intenté fui en el Trole, fue horrible. Me tuvieron que cargar por unas gradas. Luego me cargaron adentro del bus y al final, cuando estaba adentro, me robaron mi teléfono y hasta mis cigarros”.

Emilio Contreras tiene distrofia muscular congénita, una enfermedad que debilita sus músculos y endurece sus articulaciones. Debido a su condición necesita asistencia para moverse en Quito, ciudad donde reside. Aunque cuenta con una silla eléctrica no puede acceder al transporte público debido a la falta de rampas y los huecos existentes entre los andenes y los buses.

Según el Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (Conadis), en Ecuador se registran 471 205 personas con algún tipo de discapacidad. De esta cifra, 32 112 ciudadanos viven en Pichincha.

A pesar de los inconvenientes, el deseo de Emilio de usar el transporte de la capital ecuatoriana pudiera volverse realidad. El Metro de Quito, proyecto que se inició en 2013, fue concebido con distintas facilidades de acceso para personas con limitaciones de movilidad. 

Desde que comenzó la obra han ocurrido tres paros nacionales, la elección de tres presidentes, cuatro alcaldes y una pandemia. Al parecer, finalmente, el sueño de Emilio podría volverse una realidad. 

Metro de Quito cuenta con diseño inclusivo

La gerente de Responsabilidad Social y Ambiental del Metro de Quito, Adriana Paredes, señala que “lo que se puede resaltar del Metro es que desde el diseño se tomó en cuenta este acceso universal para que las personas puedan hacer este viaje de forma autónoma”. 

Las estaciones cuentan con pisos podo táctiles para no videntes, ascensores dentro de cada estación y señalizaciones de las paradas visuales y sonoras para personas que tengan discapacidades auditivas o de la vista. Esta sería la solución de inclusión a primera escala para uno de los principales problemas de la capital. 

La Secretaría de Inclusión del Municipio de Quito presentó el plan de accesibilidad a los grupos de atención prioritaria para el 2022 y 2023. Dentro de este, la inversión proyectada fue de USD 15,9 millones. Los recursos permitieron que, hasta mayo de 2023, el 63% de las paradas del sistema municipal de transporte cuente con modificaciones en temas de accesibilidad. Sin embargo, el problema va más allá de la infraestructura dentro del transporte público.

Se requiere un Quito más 'caminable'

John Dunn, profesor de arquitectura y urbanista, considera que, a pesar de que “el sistema tenga elementos de accesibilidad como rampas o ascensores, que son cosas que ayudan, el problema está afuera”. 

A decir del catedrático, ese tipo de aspectos tienen que ser pensados de manera muy global, no solamente buscar inclusión dentro del transporte. También la capital debe volverse una ciudad más caminable. Esto no solamente depende de la Alcaldía o del Municipio, sino que involucra a los transportistas, los sistemas de transporte privado y “hasta el señor que acorta la vereda para hacer una rampa para su garaje”.

Hasta 2019, el 74% de las vías de Quito no contaban con las normas internacionales de construcción para que fueran accesibles a personas con discapacidades visuales o motoras, refirió Walther Verdesoto.

Irrespeto también en el Metro

La falta de acceso universal deja por fuera de la ciudad a las personas con discapacidades. El sociólogo, Jonathan Guillemot, sostiene que “nadie está discapacitado como tal, solo es el ambiente que no está capacitado para ellos”.

Para personas como Hugo Hidalgo, quien sufre de parálisis cerebral infantil, estas faltas de inclusión atañen tanto al Municipio como a la sociedad. Para el ciudadano, “el problema está en las personas que no son empáticas”. Esto quedó demostrado el pasado 3 de mayo de 2023, cuando el Metro de Quito comenzó a operar y hubo avalanchas de personas que trataban de entrar a las unidades. 

La empatía es uno de los puntos clave para el verdadero funcionamiento del transporte inclusivo. Verdesoto lamenta la falta de ese sentimiento, luego de incidentes similares en otras unidades del sistema metropolitano. “Se repitió la misma historia de la Ecovía y el Trolebús”, donde se irrespetan los asientos para personas con discapacidades.

“Yo espero algún día poder estar en la calle y ver una ciudad más inclusiva…”, anhela Emilio Contreras.

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