La mayoría de asistentes al Carnaval de Brasil realizado en la plaza del Teatro Sucre, el 26 de febrero a las 20:00, no entendía ni una palabra de lo que la banda O Cordão do Boitatá hablaba entre canción y canción. Sin embargo, cuando la música sonaba bailaban como si ese ritmo les perteneciera.
Es el caso de Elena Romero, una quiteña que no conoce el país del que es originaria la samba, pero que se dejaba llevar por el ritmo. Esta fiebre del Carnaval no solo atrapó a Romero, sino a unas 200 personas que asistieron al show.
La banda, que tenía nueve integrantes, amenizó la noche y de forma inconsciente impulsó las ventas de espuma de carnaval, comentó la vendedora ambulante, Paulina Suárez. Se enteró del evento hace una semana y compró cerca de 70 latas de espuma de carnaval, de 225 gr cada una. Al iniciar el programa solo había vendido cinco unidades, pero conforme la música se animaba vendió todo lo que tenía.
Otras personas no tenían la habilidad de Elena Romero para bailar. No obstante, imitaban el ritmo con danzas de merengue, porque “el objetivo es disfrutar de la noche”, aseguró Karla Torres. Ella asistió con sus abuelos, hermanas y sobrinos menores de edad. Esta familia mostró que fue un Carnaval para toda la familia.
Eso es lo que destacó la agregada cultural de la Embajada de Brasil, Cristina Alexandre, ya que la idea es promocionar la actividad cultural de ese país y a su vez festejar que este año Quito es la Capital Americana de la Cultura.
Por ello, el propósito fue que las familias de la capital conozcan esa cultura. Mientras Alexandre conversaba salieron personas disfrazadas de lobos, duendes, perros, gatos, payasos, etc.
Ellos quisieron aprovechar la coyuntura del festival para participar en el concurso de disfraces que entregó premios como pasajes a Brasil, cenas en el restaurante del Hotel Quito y otros.
La idea también fue publicitar el taller de artes manuales Albertote, que elabora títeres y disfraces, puntualizó el tallerista de ese centro, Alberto Ávila.
En el rostro de Stalin Lucero, director de Producción de la Fundación Teatro Sucre, se reflejaba la satisfacción del deber cumplido. En este evento trabajaron cerca de 30 personas entre productores, especialistas en iluminación, grabación, entre otros, que querían ofrecer un buen show.
Así se inició la última semana antes de los festejos de Carnaval.