La mayoría de gente -alguna vez en su vida- visitó los balnearios de La Merced y El Tingo. Son espacios de esparcimiento a los que la ciudadanía puede acceder tras desembolsar una módica cantidad de dinero. Cuentan con piscinas de agua termal y áreas verdes para degustar de algún aperitivo.
Por eso -precisamente- son una gran opción para disfrutar de este largo feriado, a propósito del 10 de Agosto.
A esos dos puntos de encuentro llega gente de todo el Distrito Metropolitano de Quito. Del sur de la ciudad arribó hoy 12 de agosto Giovanny Flores. Lo hizo junto a su hijo de 14 años. Ellos viven en Solanda. Llegaron a las 08:00 y hasta las 09:00 se mantenían en la fila para acceder a las instalaciones de El Tingo.
Flores quiso disfrutar de ese espacio en compañía de su hijo para recordar parte de su infancia; cuando era niño acudía con su madre. Menciona que le habría gustado irse a la playa, pero mañana y el domingo tiene turno en su trabajo. “Esta fue la mejor opción”.
Las puertas de ese recinto se abren a las 06:00; se mantiene habilitadas hasta que las piscinas cuenten con las condiciones para recibir a más visitantes. Se inhabilitan cuando la superficie se cubre de grasa. Una vez libres de gente, el personal de mantenimiento procede a limpiarlas.
El costo para acceder al uso de las piscinas es de USD 2,93 adultos, 1,06 niños y 1,49 tercera edad. Es indispensable acudir con gorra y terno de baño, y sandalias. Antes de darse el chapuzón, en cambio, es obligatorio pasar por las duchas.
Con toda esa indumentaria acudió Patricio Simbaña junto a su esposa e hijo. Ellos arribaron al lugar a las 06:30. Entraron primeros. Madrugaron para disfrutar del agua y evitar las aglomeraciones. A las 09:30 habían disfrutado de dos horas bajo el agua.
La Merced tiene áreas BBQ
El acceso a este balneario -durante los feriados- tiene un costo de USD 7,50 adultos y 4 niños, personas de la tercera edad y discapacitados. Sus puertas se abren a las 06:00 y se cierran a las 16:30.
Este balneario cuenta con dos piscinas: de 25 y 50 metros. También tiene chorros de agua y áreas para preparar parrilladas.
Tiene capacidad para 600 personas. Hoy, hasta las 10:30, había alrededor de 300 hombres y mujeres. En ese grupo estuvo Carlos Buestan. Él acudió con su novia. “El lugar es tranquilo y seguro”, dijo y por eso opción para disfrutar del feriado. Mencionó que con alternativas como esa la gente evita salir de la ciudad y promueve el comercio en el sector.
En los exteriores de esos dos centros de esparcimiento se evidenció la presencia de pequeños comerciantes; ofrecían ternos y gorros de baño, flotadores, sandalias.