Un presupuesto frágil
El petróleo es el sueldo del Ecuador. Más que una figura metafórica, es una realidad. Si en el Presupuesto de 2010 el 45% de ingresos estimados provienen del petróleo (el cálculo promedio para el barril es 65 dólares), esta realidad se reafirma.
Por eso es importante que los ingresos por venta de petróleo crezcan y se optimicen. Pero ocurre lo contrario. Primero, no existe una política petrolera que afiance la seguridad jurídica y aliente la inversión de empresas serias, no tránsfugas, que inviertan en el Ecuador y hagan crecer la producción hidrocarburífera. Luego, el Estado no se ha mostrado como un eficiente administrador de los bienes públicos y no ha contado tradicionalmente con recursos suficientes para alentar la inversión necesaria a fin de mantener los pozos en plena producción, repotenciar aquellos que ya tienen muchos años y emprender nuevos proyectos.
El Observatorio de la Política Fiscal, que toma los datos del Banco Central, dice que la producción total de crudo cayó en septiembre pasado a 14 256 400 barriles.
El petróleo extraído por Petroecuador, que incluye al bloque 15 (los pozos que tenía OXY), sumaba 8 683 000 barriles por mes en agosto de 2009. En septiembre de 2009 alcanza a 8 401 100 barriles. Las empresas privadas extrajeron 6 092 900 barriles en agosto de este año mientras que su producción cayó a 5 855 300 en el mes de septiembre.
Si el país sigue subsistiendo prioritariamente del petróleo y sus ingresos alcanzaran el 45 por ciento en el ejercicio fiscal 2010, queda claro que estos son aún más significativos que las remesas de los emigrantes y todas las demás fuentes de exportación juntas. Es obvio que, a más de la diversificación, una política de crecimiento de la producción petrolera es indispensable.