Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil, dio su discurso en la sesion solemne 25 de Julio en el Palacio de Cristal. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, insistió que son las calles de la patria el espacio en el que la ciudadanía tiene que seguir expresándose por su libertad.
“Aquí no pueden quitarnos el derecho de decir lo que tenemos que decir, y desde aquí tenemos que hacernos escuchar. Desde aquí nos pronunciamos con contundencia y libertad. Desde aquí exigimos que nos escuchen”.
Lo dijo durante su discurso de orden en la sesión solemne por los 480 años de fundación de la ciudad, realizado la tarde de este sábado 25 de julio del 2015 en la Plaza de la Integración, junto al Palacio de Cristal.
“Si a los gobernantes la soberbia no los deja escuchar y el sectarismo no los deja entender, nosotros compatriotas tenemos la obligación de hacerlos escuchar y entender. Les vamos a exigir que respeten la democracia y consulten al pueblo en temas de importancia local o nacional”, expresó.
Durante los 37 minutos que duró su intervención, el Burgomaestre enfatizó en que “la voluntad del Presidente no puede convertirse en Constitución. El pueblo no ha autorizado esa transferencia de poder. Les vamos a exigir que no impongan impuestos confiscatorios ni modelos fracasados que generan injusticia, pobreza y desconfianza que impedirán la inversión privada”.
Según el Alcalde porteño, en relación a la multitudinaria marcha del pasado 25 de junio en Guayaquil, “le ganamos una batalla al Gobierno, pero vuelve a las andadas. No asimila la protesta y la condena popular. Insiste neciamente en sus inconvenientes propuestas. Han destruido la confianza. Nadie quiere invertir. Más allá del paro del 13 de agosto, el autoparo es nacional; no hay crédito ni liquidez. Hay una peligrosa iliquidez en el país”.
En ese sentido dijo con preocupación que la industria de la construcción, la mayor generadora de empleo, está colapsada.
“¿Quién quiere comprar para que en vida, o después de muerto, su nuevo socio no querido, ese hijo no engendrado y heredero que es el Estado arranchador, se le lleve parte de lo que ha generado con esfuerzo?… Y encima hay despidos por doquier”.
Nebot fue enfático en indicar que la libertad y el progreso de Guayaquil y del Ecuador están en serio peligro “por la actitud totalitaria y sectaria del Gobierno. Es claro lo que quieren: una ideología oficial, un solo partido predominante, control de los medios de comunicación, monopolio de los instrumentos del temor ciudadano y, sobre todo, destrucción de la familia como núcleo de prosperidad. Las ideologías extremistas han fracasado”.
Recordó que hace 61 días, el pasado 24 de mayo, el Presidente de la República esgrimió la tesis de la confrontación y rechazó el consenso. “Hoy, asustado, propone el diálogo como vía para llegar a consensos, a acuerdos. ¿Arrepentimiento o contradicción?. No, que va, otra mentira, otro engaño, nada más. El supuesto diálogo es excluyente, mentiroso, no es con todos. Es con los que ellos quieren, quieren imponer su verdad, no escuchan a nadie, el diálogo es con ellos mismos”.
Al final de su intervención, Nebot señaló que “los guayaquileños y ecuatorianos tenemos orgullo y valor. No aceptemos dogal ni cadenas, y llevemos en nuestras venas esa herencia de esfuerzo y honor. A luchar hasta la victoria, hasta que el Gobierno rectifique o hasta que el pueblo triunfe…! Que con la familia y la patria no juega nadie!…viva Guayaquil, bastión de la libertad y del progreso del Ecuador…”.