Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.
¿En qué medida vendrá la migración venezolana a Ecuador hasta fin de año?
A finales del 2018 nosotros hacíamos la proyección para el Ecuador de que si la migración continuaba como en el 2018, a fines del 2019 estaría en el Ecuador alrededor de medio millón de personas.
¿Cómo hacen el cálculo?
Desde el 2018 empiezan a salir los venezolanos. Son proyecciones de acuerdo con los antecedentes y las tendencias que manejan y es obvio que la situación no ha cambiado.
¿Cuál es su visión de la migración en el Ecuador?
Las medidas del Gobierno de Perú, que desde junio requiere la visa humanitaria, han hecho que muchos venezolanos busquen llegar al Perú de cualquier manera. El gran temor es que sea por canales irregulares. Eso ha provocado que deseen quedarse en el Ecuador. En un principio, se notaba que era una migración en la que prevalecían hombres. Pero en nuestras últimas encuestas hay un 47% de mujeres, cuando hace un año era el 30%. Eso responde a que buscan la reunificación familiar. Antes migraba el jefe de familia y ahora llegan mujeres con sus niños. Muchas veces menores no acompañados.
¿Cómo son recibidos?
La situación en el país es compleja, pero hay que recalcar la generosidad con la que son recibidos. Lo más importante es que hay que resaltar el nivel de educación y formación que trae esta población migratoria.
¿Qué formación tienen?
Más del 80% tiene el bachillerato. Y de este porcentaje, un 60% tiene formación profesional universitaria. No es una población que hará colapsar el sistema de educación superior. Y es obvio que, a nivel de niñez, de entre 9 y 14 años, sí complejizan el acceso a la educación, porque por el tema idiomático pueden integrarse fácilmente. El Ecuador está haciendo esfuerzos supremos para soportar esto. Está haciendo inversiones. Es importante resaltar el esfuerzo para posibilitar el acceso a la educación.
Al igual que el tema del trabajo …
Esta población venezolana ha venido para quedarse. Mucho se habla de las cifras y se dice que el Perú es el segundo receptor después de Colombia. Pero ha sido en un cálculo muy rápido y elemental. El Perú tiene 34 millones de habitantes, y hasta el momento, han llegado cerca de 800 000, estamos hablando de un 2% de la población. El Ecuador tiene 17 millones y tiene en este momento cerca de 350 000 venezolanos. Estamos hablando del mismo porcentaje que en el Perú.
¿Hay visos de xenofobia?
No. El ciudadano común mira a un venezolano y qué es lo que le provoca: nada. Se nota empatía. Es obvio que hay personas que sin lugar a dudas que tienen prejuicios y siente la amenaza de que les van a quitar su trabajo. Para eso tenemos que empezar, y el Gobierno lo está haciendo, en el tema de regularización. Ahora hay otro tipo de medidas que se están haciendo que son medidas soberanas, la tramitación de las visas y nosotros hacemos nuestras recomendaciones.
¿Qué han recomendado?
Que se respeten los derechos humanos. Que se privilegie su dignidad, el orden, su seguridad para que puedan ser ciudadanos con las mismas oportunidades. No hay que olvidar que en Venezuela vivieron más de 200 000 ecuatorianos en algún momento.
¿El venezolano va a las ciudades o al campo?
La tendencia es que es una población urbana que ha salido de las grandes urbes, como Caracas, y es obvio que llegan también a las grandes ciudades. Y para integrarse rápidamente van al comercio informal. Son pasibles al tema de mendicidad que es algo que se debe trabajar. Hemos visto que Quito, Guayaquil y Manta son las ciudades que más atraen. Me animaría a decir por lo que he observado en Perú y en Ecuador: en su mayoría, son ciudadanos de urbes.
¿Cuáles son las proyecciones de migración para los próximos cinco años?
Lo que hay que hacer, más que una proyección, es trabajar con los venezolanos que están aquí.
¿Por eso fue buena la regularización?
Hay que pensar en la persona que está aquí, porque no se va a ir. Incluso en la hipótesis de que cambie la situación en Venezuela, se ha verificado que la gente que ha venido acá lo ha vendido todo. Está aquí y no tiene a dónde volver, entonces se va a quedar. Son procesos muy largos en los que hay que trabajar. Si me habla de cinco años, yo le hablo de 10. Insisto, esta población ha venido para quedarse, y apenas se integren se van a quedar. En un primer momento estas migraciones masivas causan dificultades económicas. Pero no hay ningún fenómeno de este tipo en el mundo donde estas poblaciones que hayan llegado, después de algún tiempo, no se hayan estabilizado.
¿Entonces la oportunidad de Ecuador es que esto beneficie a largo plazo?
Por supuesto. No solo Ecuador, Perú, Colombia, Chile, Argentina. Hay una gran cantidad de ingenieros, de profesores, de médicos. Ahora están manejando Uber, pero pronto va a empezar a cambiar.