El embajador de EE.UU. en Ecuador, Todd Capman, ofrece entrevistas durante el evento organizado por la dependencia para esperar los resultados de las elecciones. Foto: Javier Flores / EL COMERCIO
La seguridad y el control son la primera imagen con la que los invitados al salón Saint Moritz, del Swissôtel, se encuentran. Ellos acudieron a la recepción que ofrece el embajador Todd Chapman, para conocer los resultados de las elecciones del nuevo Presidente de los Estados Unidos.
Alrededor de 600 personas, entre representantes del sector académico, diplomático, empresarial, político y de entidades públicas conversan y ríen en el hotel del centro-norte de Quito, al son de una banda de jazz.
Al lugar llegaron, por ejemplo, los asambleístas Cristina Reyes (PSC) y Pepe Acacho (Pachakutik); el vicealcalde de Quito, Eduardo del Pozo; y otras figuras reconocidas de la política como Luz Elena Coloma, Ivonne Baki, Juan Carlos Solines, etc.
Antes de ingresar, la gente debe hacer fila y registrarse. Y al pasar por un filtro de seguridad, controlado por guardias de una empresa privada, lo primero con lo que se encuentran es con un gran arco de globos rojos, azules y blancos, los colores de la bandera estadounidense.
Alrededor de las 20:30, el embajador Todd Chapman, ofreció un discurso que no llegó a los cuatro minutos. Entre palabras cálidas y distendidas, dio la bienvenida a sus invitados y recalcó que gane quien gane, esta será una noche histórica. Por un lado está la ex Primera Dama y Secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien podría convertirse en la primera mujer en presidir los Estados Unidos y por otro, Donald Trump, quien podría ser el primer empresario y representante del sector privado en llegar a ser mandatario.
Chapman recalcó que la noche de este 8 de noviembre del 2016 terminan intensos meses de campaña para republicanos, conservadores y militantes del Partido Verde y el Libertario, entre otros. Y también destacó el papel de los medios que han seguido de cerca el proceso.
En las elecciones de los Estados Unidos hubo observación internacional desde 56 países, incluidos 16 latinoamericanos, además de la misión de la Organización de Estados Americanos, OEA, informó.
Tras terminar el discurso, la gente continuó disfrutando del cóctel. En las mesas hay pastelillos que forman una bandera estadounidense, decorados con estrellas blancas, que representan a los Estados que lo conforman.
Se trata de una larga espera, pues hasta las 21:40 no se había difundido aún ni la mitad de los resultados. Y mientras el conteo de votos avanza en los Estados Unidos, en el Swissôtel la gente no solo conversa y escucha música, sino que aprovecha para llevarse un recuerdo de la velada.
Unos se toman fotografías junto a imágenes en tamaño real de Clinton, Trump o del presidente saliente Barak Obama y su esposa, Michelle.
También ingresan a cabinas de photo boot y se fotografían con pelucas, banderas, gafas, etc. En las mesas, además de rosas azules, rojas y blancas, banderines con la frase “vote 2016” y revistas con pasatiempos como laberintos en los que el reto es ayudar a Clinton o a Trump a llegar a la Casa Blanca.
De vez en cuando, los invitados se acercan a las pantallas dispuestas en el salón para revisar cómo avanza el escrutinio. ¿Quién ganará? Aún no hay nada cierto al respecto. En el Swissôtel, la gente espera mientras el Embajador comparte con ellos y se da tiempo para conversar con periodistas y evaluar el panorama que se avecina.