¿Cuáles fueron las consideraciones que tuvo la Izquierda Democrática para postular a Bella Jiménez como segunda vicepresidenta de la Asamblea? La pregunta no tuvo respuesta en la rueda de prensa donde esta organización política ofreció disculpas al país por el escándalo que la involucra.
Jiménez, de 39 años de edad y sin ningún título universitario registrado en la Senescyt, llegó a la Asamblea como una figura nueva y a ocupar el tercer cargo más importante en esta Función del Estado, después de la presidenta, Guadalupe Llori (PK), del primer vicepresidente, Virgilio Saquicela (ind.), desde el 15 de mayo pasado.
La asambleísta de Guayas, expulsada de la ID y que ahora enfrenta pedidos de investigación por supuesta concusión, tiene cuatro hijos y un patrimonio de USD 20 320, según la declaración juramentada que presentó en la Contraloría.
Fue estudiante de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil. Entre 2009 y 2011 pagó 0 de impuesto a la renta, y entre el 2016 y 2019 no presentó Declaración de Impuesto a la Renta, según los registros del SRI, donde no hay información del 2012 al 2015.
En la sala de sesiones del Pleno no ha vuelto a intervenir -aunque sí ha participado en 94 votaciones- desde el día que asumió el cargo, cuando se presentó como “una mujer de mucha fe y una mujer muy temerosa”.
Fue entonces cuando declaró al resto de legisladores como “héroes nacionales” y prometió recuperar la confianza de los ecuatorianos. “Vamos a salvar la Patria”, dijo. Agradeció por su elección a las bancadas de la Izquierda Democrática, Pachakutik, Creo e independientes. “Como mujer de fe, no voy a defraudar a la Patria”, afirmó.
Su elección alcanzó los 102 votos, a diferencia del resto de integrantes de la mesa directiva que apenas pudo superar los 70 mínimos que exige la Ley. Una confusión en el correísmo sumó votos a su favor, cuando Bruno Segovia, asambleísta de Pachakutik, pidió la rectificación de la votación y no la reconsideración como pareció haber escuchado esta bancada; Paola Cabezas, coordinadora de Unes, fracasó en su intento de que se abra una nueva votación. Fue una jornada tensa.
Jiménez también integra la Comisión del Derecho a la Salud, aunque no es la que más asiste a las sesiones. En el último mes, por ejemplo, solo ha participado en una de tres votaciones. El 20 de mayo pasado votó embarcada en un avión, lo que fue criticado por algunos de sus colegas, aunque ella apeló al teletrabajo.
Para este jueves, 25 de agosto de 2021, tenía previsto presentar su primer proyecto la: Ley Orgánica de Atención Prioritaria a la Salud Mental de Niñas, Niños y Adolescentes. Pero el evento está en duda, tras las acusaciones que enfrenta.
El viernes pasado, cuando se divulgaron audios y chats en su contra, su asesor 1, José Alvarado Arcos, decidió renunciar de manera irrevocable.
“La imputación de hechos de los que usted debe defenderse, en legal y debida forma, hace que mi deseo de acompañar a este grupo de trabajo se vea declinado por mi parte, ya que son hechos que pueden no solo dañar su propia imagen sino la de su equipo de trabajo y en particular a este servidor (…)”, dice la carta, en donde Alvarado se despide “deseando de todo corazón logre desvanecer todos los hechos expuestos no solo por su bien sino por la imagen institucional de la Asamblea”.
Jiménez se ha defendido a través de comunicados y de redes sociales, donde responsabilizó a sus asesores de tomarse su nombre para gestionar cargos y afectar su imagen. “Soy víctima de los más despiadados y crueles ataques para cooptar la segunda Vicepresidencia de la Asamblea Nacional”, publicó ayer en Twitter.
El resto de personal que queda en su despacho prefiere guardar silencio. El coordinador de la ID, Alejandro Jaramillo, pidió celeridad al CAL para que se inicien las investigaciones a Jiménez. La bancada se redujo a 17 con la expulsión.
El presidente del partido, Guillermo Herrera, dijo que: “la Izquierda Democrática públicamente pide disculpas al pueblo ecuatoriano, principalmente al pueblo del Guayas que eligió a la señora asambleísta”.