Finalmente serán 32, de los 59 alcaldes de los cantones de Azuay, Cañar, Loja, Morona Santiago y Zamora Chinchipe, los que intentarán la reelección tras ganar en las primarias. Ellos están cumpliendo su primer período, lo que les permite volver a postularse.
Esto significa que el 54,23% de los alcaldes del sur del país buscarán un segundo mandato el próximo 5 de febrero. Mientras que, de los cinco prefectos, solo Byron Pacheco, de Cañar, lo intentará.
La norma electoral establece que las autoridades de elección popular pueden reelegirse por una sola vez para el mismo cargo, incluyendo al presidente de la República. Esto se aplica a los alcaldes Miguel Uzhca, de Girón; Guillermo Espinosa, de Biblián; Ángel Calva, de Paquisha, Alberto Jaramillo, de Chinchipe y Segundo Mejía, de Palanda. Todos ellos llevan más de un período.
En cambio, Jorge Feijoó, de Paltas, provincia de Loja, está impedido de participar porque enfrenta un juicio. En su lugar, su esposa, Albita Coronel, ganó las primarias por Sociedad Patriótica.
Otros 27 burgomaestres no participarán por motivos personales o porque el movimiento que los auspició en el 2019 prefirió no renovarles su confianza. Así lo hizo Pachakutik con Manuel Pomaquiza, de Suscal, y Mauro Shakay, de Huamboya, entre otros.
Buscando representatividad
En las dos últimas semanas, los movimientos políticos han vivido una intensa actividad. Todo por la búsqueda de sus representantes a las primarias para prefectos, alcaldes, concejales y vocales de las juntas parroquiales. El pasado 5 de agosto venció el plazo para realizar primarias internas, requisito obligatorio que consta en la Ley Electoral. Se deben cumplir con la presencia de veedores del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Las agrupaciones que no ejecutaron este proceso no podrán inscribir a candidatos, explica Anderson Silva, director del CNE en Zamora Chinchipe. Este organismo participó en más de 130 procesos de democracia interna, en las cinco provincias del sur del país.
La normativa únicamente permite el reemplazo del candidato que ganó en primarias por condiciones de inhabilidad, renuncia o fallecimiento. La renuncia puede darse por decisión personal, económica, salud o demandas de último momento.Según Silva, esta figura es una práctica política que utilizan ciertas organizaciones cuando, dentro del plazo, no logran llegar a acuerdos. Así, ubican nombres de conocidos y luego proceden a reemplazarlos.
Asimismo, la novedad entre los alcaldes que van a la reelección es que muchos se cambiaron de camiseta porque su partido no los auspició. Es el caso de Alfredo Suquilanda, de Macará; Darwin Díaz, de Chaguarpamba; Kléver Sánchez, de Olmedo, y Armando Figueroa, de Catamayo. Todos son de la provincia de Loja. Ellos llegaron a la administración pública por el movimiento Creando Oportunidades (Creo) y en las últimas primarias se candidatizaron por el Partido Social Cristiano (PSC).
“Los directivos de Creo en esta provincia hacen las cosas mal, nos excluyeron y han perdido espacio”, dice Suquilanda. Él cree en la reelección como mecanismo para avanzar con las obras planificadas.
En Azuay la búsqueda de la reelección es mayoritaria
La provincia azuaya es la que registra más alcaldes que buscan un segundo período: 13 de 15 ganaron las primarias. Uzhca, de Girón, lleva dos períodos y por eso no puede reelegirse. Iván Ullauri, de Oña, no participará por decisión personal.
Para Rolando Calle, alcalde de Sevilla de Oro, la pandemia limitó su trabajo. “Dedicamos tiempo y recursos a enfrentar la emergencia, a cuidar la salud de los habitantes y reactivar la economía en nuestros territorios”.Él afirma que por eso confía en que los electores le darán otra oportunidad al frente de la Alcaldía. Así podría ejecutar las obras que ofreció en campaña y las que están programadas, dice.
César Ulloa, politólogo y comunicador, sostiene que el virus no debería ser pretexto, porque en los momentos de dificultad y grandes crisis se debe evidenciar la capacidad de liderazgo que tiene una autoridad para hacer bien las cosas.
Para Ulloa, ninguna reelección es favorable porque afecta al equilibrio de la competencia electoral. A su criterio, este mecanismo se apoya directa o indirectamente en el uso de los bienes públicos para la campaña. Además, explica el politólogo, el candidato a un nuevo período parte con la ventaja de ser conocido y, por lo tanto, los indicadores de popularidad pueden serle más favorables.
Mientras, las direcciones provinciales del CNE hacen la validación de las elecciones internas.