Para concretar las reformas a las ordenanzas que regulan la aplicación del pico y placa y del parqueo tarifado en el Distrito resta un paso: el segundo debate en el Concejo Metropolitano.
Por fuera de esta situación, hay que tener en claro que tras la propuesta de campaña del alcalde Mauricio Rodas, para reducir las multas en estos campos, se genera todo un debate y un proceso legal.
Lo ocurrido en la sesión del viernes anterior fue un ejemplo de la complejidad del tema, lo que llevó a la conformación de dos comisiones para que analicen, elaboren informes y definan cuáles serían los textos que se analizarán en la segunda instancia.
Para los ediles de Alianza País, el tema está claro y esto se expresó con los planteamientos que esgrimió Carlos Páez, exsecretario de Movilidad y actual concejal, al pedir que se considere los alcances de la medida, en referencia al impacto que pudiera tener en los ciudadanos en el cumplimiento de las ordenanzas de restricción de circulación vehicular y del uso del espacio público para estacionarse.
Por su parte, los concejales aliados al Alcalde recuerdan que la reducción de estos valores son el eco de un “pedido popular” que se recogió durante la campaña para la Alcaldía quiteña. Entonces, debe concretarse.
Quedan por materializarse las propuestas hechas por Mauricio Rodas sobre las excepciones que el pico y placa tendría. El Burgomaestre se refirió a exonerar de la medida a los vehículos que circulen con tres o más pasajeros.
Suena bien. Lo que quedaría por precisar es si la cantidad de pasajeros rige desde el punto de partida hasta el de llegada. O hay distancias de compensación. ¿Quién lo constataría? ¿Quién lo controlaría? En el último debate este tema quedó de lado.
El pico y placa no es más que la punta del ovillo de un asunto polémico para la ciudad: el tránsito. Es una arista que, sin duda, debe expresarse en lo macro, en la aplicación del plan de movilidad que ejecutará Mauricio Rodas.