El retorno progresivo y voluntario a clases presenciales y semipresenciales marcó el inicio de la actual gestión educativa, que continúa definiendo los pasos en esta área.
Hasta el 26 de agosto, 3 003 instituciones obtuvieron permiso para usar sus instalaciones. Eso representa el 18,76% del país.
El énfasis ya no está solo en la ruralidad para el sistema fiscal. La ministra de Educación, María Brown, dijo que las instituciones públicas urbanas tendrán aprobación.
Lo anterior se debe a que hay protocolos aprobados por el COE nacional sobre el uso del transporte urbano y escolar. “Es responsabilidad de los GAD controlar las medidas”.
Cuando en un grado, más del 90% de estudiantes se acojan a la presencialidad, los que no la elijan podrán optar por modalidades a distancia, en instituciones con permiso para estas. Los centros presenciales no estarán obligados a tener la opción virtual de manera simultánea.
Si no se llega a ese porcentaje, la metodología de clases híbridas varía en cada plantel. Brown señaló que lo recomendable son los horarios alternados, con un tiempo reducido de presencialidad. Así, el estudiante realiza trabajo autónomo, mientras el docente atiende a quienes están en la modalidad virtual. “Es lo que típicamente funciona, pero no se puede generalizar”.
Los planteles particulares tienen experiencia en eso. La Ministra señaló que, además, pueden ser promotores de la innovación para construir nuevos modelos de educación.
Por ello se busca que sean un referente para fiscal.es Lo confirmó Vinicio Aldaz, representante de la Corporación de particulares (Corpeducar). “Existe apertura para una mayor autonomía para innovar”.
Organismos internacionales abogan por la reapertura de las escuelas. La directora de Educación de Grupo Faro, Paola Jácome, dice que un estudio mexicano al que tuvieron acceso hace un mes establece que a nivel internacional hay evidencias de que, probablemente, habrá tres años de retraso escolar por el cierre de las escuelas. Antes eran uno o dos.
El sistema híbrido al que la educación del país se enfrenta, dice, trae nuevos retos. “Se tendrá que pensar en nuevos modelos de educación y nuevas formas de evaluar”.
En junio, la Unesco, la Unicef, el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos presentaron los resultados de una encuesta realizada a ministerios de Educación de Latinoamérica. En todo el mundo se evidenció que la pandemia por covid-19 afectó gravemente los exámenes en todos los niveles.
Entre los países de ingresos bajos y medios bajos, dos de cada tres reprogramaron o aplazaron los exámenes en primaria y tres de cada cuatro en el primer ciclo de secundaria. Esto, en comparación con cuatro de cada 10 países de ingresos medios altos y altos.
En Ecuador, en los Puntos de Reencuentro -cuyo cierre aún se analiza- se identifican los primeros casos de dislexia, discalculia, dislalia, retrasos significativos en el aprendizaje. También violencia intrafamiliar, desnutrición, depresión, ansiedad… Los datos serán parte de un estudio a corto plazo.
Para ellos y para los 90 000 alumnos que, se calcula, quedaron fuera del sistema educativo por la pandemia, se aplicará el nuevo Plan Nacional de Nivelación y Reinserción Educativa. Se inicia hoy en la Sierra y en el segundo quimestre, en la Costa, con 2 000 planteles con los peores resultados en las pruebas estandarizadas de lectura y matemáticas.
Para Monserrat Creamer, exministra de Educación, es muy necesario este diagnóstico psicoemocional y de los aprendizajes, ya que durante la pandemia hay diferentes niveles de acceso a los mismos.
Además, dice, es importante la flexibilización del currículo, adaptada a las necesidades por niveles y por contextos. En su política educativa, con cinco ejes y 20 acciones, el Gobierno plantea aquello, además de mayor autonomía.
Parte de ello también es la reapertura de 900 escuelas rurales. En los primeros 100 días se abrieron las primeras 26. Este año serán 100 y el resto, en los próximos cuatro.