La cartera de crédito alcanzó una cifra récord hasta diciembre de 2022, al llegar a los USD 38 598 millones. Esa cantidad representa un incremento anual del 14,6%. Es decir, representa un crecimiento de USD 4 929 millones frente al mismo mes de 2021.
El 2022 hubo un incremento de los préstamos en todos los segmentos. El microcrédito fue el que más creció, con un aumento anual de 18,9%, al llegar a los USD 3 117 millones. Esa información forma parte de un informe de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca).
El microcrédito en Ecuador
El microcrédito está destinado a los emprendimientos y microempresas que registran ventas menores a USD 100 000 por año. Es un segmento clave para la economía de Ecuador ya que genera el 25,47% del empleo a 2021, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
También hubo un importante crecimiento de la cartera de crédito comercial (pyme, empresarial y corporativo) al llegar a USD 17 652 millones. Ese monto representó un 12,7% más que en diciembre de 2021.
Los créditos comerciales están destinados a pequeñas y medianas empresas que registran ventas anuales desde los USD 100 000 hasta los USD 5 millones, así como las grandes empresas con ventas mayores a USD 5 millones anuales.
Los préstamos para el consumo
La cartera de crédito de consumo registró un alza anual de 18,8%, al llegar a los USD 15 095 millones. Dicho segmento está destinado a la compra de bienes, servicios o gastos no relacionados con la actividad productiva. Este crecimiento fue importante porque demuestra que la demanda y el consumo se están recuperando.
Del total de la cartera crediticia en 2022, el 60% (USD 23 192 millones) se destinó a los créditos de producción. En esta categoría están lo productivo, vivienda y microcrédito). El 40% restante fue para los créditos consumo (USD 15 396 millones).
Pese al buen desempeño de la cartera de crédito en 2022, la Asobanca considera que en el 2023 podría darse una desaceleración en el ritmo de crecimiento del crédito. La razón es que más pesará es el contexto internacional.
“El incremento de las tasas de interés, que los bancos centrales de los países desarrollados han aplicado para hacer frente a la inflación internacional, eleva el costo del financiamiento externo para el país, incluyendo a los bancos privados, lo cual restringe la liquidez que podría venir del exterior”, señala el organismo.