El Ministerio de Industrias flexibilizó las reglas que obligan al sector productivo a poner “semáforos” para alertar al consumidor sobre el contenido de grasas, sal y azúcar en los productos alimenticios.
En noviembre pasado, el Ministerio de Salud expidió un reglamento para que la industria de alimentos y bebidas coloque en las etiquetas de sus productos círculos de colores para informar sobre el contenido de estos componentes.
Pero el Ministerio de Industrias ha introducido varios cambios a esta norma en los últimos meses y que serán oficializados esta semana, dijo el ministro coordinador de la Producción, Richard Espinosa.
El primero se refiere a la ubicación de los “semáforos” en los empaques. El Ministerio de Salud había establecido que estos debían mostrarse en la parte frontal de los envases.
Según la reforma, que ya fue enviada a consulta a la Organización Mundial de Comercio, las empresas tendrán la libertad de colocar estas etiquetas en la parte frontal o en la parte de atrás, donde hoy se coloca la información nutricional.
Además, los productos importados podrán poner estas advertencias utilizando adhesivos. La norma establece actualmente que estas deben venir en el empaque desde el país de origen. El tercer cambio se refiere a que las autoridades no exigirán los “semáforos” en los productos que se expenden en locales Duty Free.
Finalmente, la nueva normativa oficializará la ampliación del plazo para cumplir con esta norma, de mayo a agosto próximo para la industria grande y mediana, como lo había anunciado días atrás Espinosa.
“Yo he hablado con la Ministra de Salud (Carina Vance) y ella estará sustituyendo su antiguo acuerdo ministerial por este de Industrias hasta este viernes y, con ello, ya se enviaría a Registro Oficial”.
Aunque, con esto, el Gobierno acogió varios de los pedidos de la industria. Christian Wahli, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), dice que el cambio llega cuando ya un importante número de las grandes y medianas empresas han cambiado ya sus etiquetas.
“El sistema gráfico en la parte frontal destruye la visibilidad de las marcas y su imagen. Tenerlo atrás es menos dañino. Los que no hicieron a tiempo su trabajo saldrán favorecidos por la nueva disposición”.
Según Wahli, algunas firmas invirtieron hasta USD 2 millones en el cambio. “No solo hay que deshacerse de lo que ya se compró, sino volver a diseñar, invertir en placas y en horas/hombre, en vez de concentrarse en mejorar el producto”.
Espinosa dijo que las empresas que ya imprimieron las nuevas etiquetas estuvieron de acuerdo con el cambio. “Hemos sido flexibles en ampliar el plazo y, a propósito de eso, incluimos algunos pedidos de las empresas… Hemos sido de puertas abiertas”.
Para María José Troya, de la Tribuna del Consumidor, el cambio debilita el acceso a información del consumidor respecto de la intención original de la política pública. “Si (el semáforo) está en la parte frontal es de más fácil acceso”.
Hernán Rojas, gerente de la empresa Muffines, cuenta que el cambio de la norma no le afecta. “Para mí es una ventaja porque muestra que mi producto es bajo en calorías”.
Coca-Cola y Corporación Azende, las cuales también ya exhiben en algunas etiquetas los “semáforos”, dijeron que se pronunciarán sobre el tema una vez se oficialice la reforma.
En contexto
El Reglamento de Etiquetado de alimentos procesados para el consumo humano, que establece el sistema de alertas sobre calorías, busca reducir enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, que entre 2001 y 2011 dejó más de 4 400 fallecidos.
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