Las organizaciones que defienden la diversidad sexual en Estados Unidos celebraron que el Senado aprobara este 30 de noviembre una iniciativa legislativa para proteger a nivel federal el matrimonio entre personas del mismo sexo. Esta ahora volverá a la Cámara de Representantes para su votación definitiva.
El proyecto de ley salió adelante con 61 votos a favor y 36 en contra. La legislación promueve que el Gobierno federal reconozca el matrimonio entre dos personas del mismo sexo si es legal en el estado donde se casaron. El mismo principio se aplica a las bodas interraciales.
El texto también reconoce la libertad religiosa; evitando que se pueda obligar a instituciones religiosas como las iglesias a celebrar esas bodas; y que estas pierdan beneficios o exenciones fiscales por no hacerlo.
Revoca, además, la ley de Defensa del Matrimonio aprobada en 1996, que lo define como la unión entre un hombre y una mujer.
Sobre este tema, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró la aprobación y destacó especialmente que cuente con apoyo bipartidista.
“Republicanos y demócratas apoyan junto el derecho esencial de las parejas Lgbti+ e interraciales a casarse”, apuntó Biden. Prometió que firmará la ley tan pronto le llegue a su despacho.
La otra cara de la moneda
Pero mientras esto ocurre en Estados Unidos, el Consejo de la Federación o Senado de Rusia aprobó también la ley que prohíbe la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales”, la pedofilia y la reasignación de género en los medios de comunicación, Internet, la publicidad, la literatura y el cine, e introduce multas de hasta USD 165 200 por violar la legislación.
Esta aprobación siguió a la de la Duma del Estado o Cámara Baja de Rusia. Esta aprobó la semana pasada en tercera lectura la ley y debe ahora ser promulgada por el presidente ruso, Vladimir Putin.
La legislación supone un importante endurecimiento de la ley actual, ya que amplía la prohibición de la “propaganda Lgbtqi+” entre menores a los adultos, e incluye la pedofilia y llamamientos al cambio de sexo entre adolescentes.
El proyecto de ley ha sido duramente criticado por asociaciones Lgbtiq+ y organizaciones de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional (AI), que ya señaló tras la primera lectora que la legislación enmendada aumentará la homofobia con el permiso del Estado y que alcanzará un nivel completamente nuevo.
La legislación considera propaganda Lgbtiq+ “la difusión de información o acciones públicas dirigidas a la formación de actitudes sexuales no tradicionales, su atractivo y de ideas distorsionadas de la equivalencia social de las relaciones sexuales tradicionales y no tradicionales”.
Por otra parte, la ley introduce multas por la “propaganda” Lgbtq+ para los ciudadanos de hasta USD 1 650. Ascenderán al doble si se trata de funcionarios.
La misma “falta” incurrida por una persona jurídica acarreará una multa de USD 16 650.
Represión en la milicia
Asimismo, dos soldados indonesios fueron condenados a siete meses de cárcel por tener relaciones homosexuales, lo que está prohibido en el Ejército, en una sentencia catalogada como “discriminatoria” contra los derechos humanos por Amnistía Internacional (AI).
Los soldados, estacionados en la isla de Java, fueron además expulsados de las Fuerzas Armadas, cuyo código prohíbe las relaciones homosexuales, aunque son legales en el país.
Los magistrados del tribunal militar de Surabaya, en Java, indicaron en su resolución que los acusados cometieron actos “inmorales” prohibidos “por las normas religiosas” y que con sus acciones habían faltado a la “dignidad y honor” del Ejército.
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