Barack Obama desafía al Congreso sobre derechos de gays

En la Casa Blanca. El presidente Obama junto al senador Harry Reid en una reunión en Washington.

El presidente Barack Obama desafía al Congreso de Washington sobre los derechos de los homosexuales y "de hecho" está dispuesto a firmar un decreto que prohíba toda forma de discriminación contra los gays y las lesbianas que trabajan para el gobierno federal.
Sería la primera vez que una ley federal de Estados Unidos prevé explícitamente resguardos legales de género para un contrato laboral de la administración pública.
Y será también la respuesta tan esperada por las asociaciones de defensa de derechos civiles que durante años han presionado a la Casa Blanca en esa dirección.
El presidente Obama ha dado una clara señal en este sentido y, en ausencia de acciones de parte del Congreso, promete recurrir a sus poderes ejecutivos para combatir en el mundo del trabajo la discriminación basada en cuestiones de orientación sexual y sobre la identidad de género.
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"Es inaceptable que todavía una persona pueda perder su trabajo simplemente por lo que es o por lo que una persona ama", afirman en la Casa Blanca.
Obama no tiene el poder de tomar decisiones que resguarden a todos los trabajadores estadounidenses, pero puede actuar en defensa de los dependientes que trabajan en el gobierno, alrededor de 16 millones de personas.
Así como pasó con el aumento del salario mínimo o el reconocimiento de horas extras, el presidente, ante la resistencia del Congreso, aparece cada vez más dispuesto a actuar por su cuenta, al menos, dentro de su ámbito de competencia, la federal.
Por otra parte, los demócratas han presentado una ley contra la discriminación (la llamada Enda, Empleo No-Discriminación Act), que cubre a todos los trabajadores y que ya ha sido aprobada por el Senado.
Pero el texto está estancado en la Cámara de Representantes, donde la mayoría republicana parece no tener ningún interés en la reapertura de la cuestión unos meses antes de las elecciones de medio término, previstas para noviembre.
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De ahí, la decisión de Obama de acelerar el debate y dar un sacudón. En la práctica, a partir del decreto de Obama, será ilegal contratar o despedir empleados a partir de criterios basados con la orientación sexual, para las empresas y contratistas que trabajan con la administración federal.
La medida en la práctica coincidirá con las medidas existentes en el ámbito federal que ya prohíben todas las formas de discriminación contra los trabajadores sobre la base de raza, religión, color, sexo, nacionalidad, esta vez ofreciendo el mismo tipo de protección para la categoría LGBT (Lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).
Se trata de una pequeña-gran victoria para los activistas que esperan ese movimiento desde la Casa Blanca, mientras tienen la esperanza de que con el tiempo se allanará el camino de reconocimiento a escala nacional.
Tal vez el tema se ubique en el centro de la próxima campaña electoral para las elecciones presidenciales estadounidenses.