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Micheletti buscó callar a los medios independientes

En el resto del mundo los detalles sobre el golpe de Estado del pasado 28 de junio en Honduras causaron conmoción: incluso se difundió que el depuesto presidente Manuel Zelaya fue sacado en pijama de su casa. Pero desde Tegucigalpa la periodista Gilda Silvestrucci, de diario El Patriota, se quejaba a través de la red social Facebook: “Han manipulado la información durante todo el día, y no han dado acceso a la gente sobre los hechos tal y como ocurrieron (...) Uno ve a la gente tan desconcertada, los niños están asustados por lo que pasa... La intimidación es sutil, pero lo están logrando, pues los aviones y los helicópteros que sobrevolaron el país nos hicieron sentir indefensos  ”.

A raíz de la conformación del gobierno de facto de Roberto Micheletti, la censura a los medios de comunicación independientes fue el denominador común en  la rutina informativa de esta nación centroamericana.

Uno de lo casos más emblemáticos de esta política fue el ataque a la radio católica Progreso, de la comunidad jesuita. Un comunicado del director, que  también se conoció fuera de Honduras gracias a Internet, refirió que “nuestra Radio Progreso fue intempestivamente invadida por un contingente de unos 25 militares, quienes a eso de las 10:30 penetraron en todas nuestras instalaciones radiales, mientras el personal estaba transmitiendo noticias sobre este acontecimiento político. Los militares nos obligaron a cancelar de manera absoluta la programación”.

Días después, las agencias internacionales de noticias emitían notas e imágenes sobre los enfrentamientos en las calles entre la fuerza pública y grupos que exigían la inmediata restitución de Zelaya. El 4 de julio, cuando los militares impidieron que el avión que traía de regreso al defenestrado Mandatario aterrizara en Tegucigalpa, las protestas dejaron el saldo de un muerto y varios heridos graves.

Esta información se complementaba con los blogs y pequeños reportes en texto y fotos a través del portal Twitter, porque proliferaban las quejas de los internautas sobre lo que las grandes cadenas de televisión no se atrevían a decir al país por temor a las amenazas del Régimen de facto.

El 27 de septiembre, a través de una cadena nacional de televisión, el gobierno de Micheletti anunció un decreto que restringía los derechos individuales de las personas y suspendió varias garantías constitucionales, incluida la libertad de prensa.

Pocas horas después fueron clausurados dos medios de comunicación Radio Globo y Cholusat Sur Canal 36, que mantenían una posición en contra del golpe de Estado y se impidió que los seguidores del presidente depuesto, Manuel Zelaya, marcharan por Tegucigalpa y otros puntos de Honduras. Este decreto fue derogado el 5 de octubre, con miras a los comicios presidenciales del  29 de noviembre.

El testigo

En el marco de un golpe de Estado y de una crisis política, en un país en el cual no hay institucionalidad y donde todos los derechos estaban conculcados, como lo han confirmado organismos de DD.HH., en Honduras resulta cada día más difícil ejercer un periodismo independiente o al menos crítico con el Gobierno de facto.

En Honduras es cada día más difícil hacer periodismo crítico
Carla Rivas
Periodista hondureña

Hubo cierres de medios de comunicación, como fueron los casos de radio Progreso, canal 80, Radio Nacional y después pasó lo mismo con radio Globo y el canal 36.

Aún está en vigencia el Decreto Ejecutivo que ordena a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones cerrar cualquier medio de comunicación o suspender la licencia del medio que cuestione al Gobierno de facto. Hubo una amenaza, una suerte de espada, que pendía sobre la prensa crítica y que quería dar una versión diferente.

OTROS HECHOS

Incidentes. Entre las denuncias realizadas por periodistas, el reportero gráfico Delmer Membreño declaró que fue sacado a la fuerza de la ciudad y abandonado en una carretera.

Diagnóstico de RSF. La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) afirma que el pasado 7 de octubre se publicó un nuevo decreto en Honduras, que permite “la suspensión de cualquier soporte” que genere “anarquía social”, lo que apunta a "los medios de comunicación o programas de oposición al golpe de Estado".

'Ellos serán llevados a los tribunales...'

Roberto Micheletti, presidente (f) Honduras

Cuando el pasado 21 de septiembre el depuesto presidente Manuel Zelaya se refugió en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, el Régimen de facto lo negó casi mientras las imágenes recorrían el mundo.

El hecho fue informado dentro de Honduras por periodistas de Radio Globo y Canal 36, a quienes Micheletti acusó de hacer “terrorismo mediático”, y amenazó con emprender acciones penales en su contra.