¡Arriba, arriba! Emocionada gritaba Blanca Guevara, instructora del campamento vacacional Gandhi, para animar a July, de 5 años, quien ya estaba por rendirse al ver que su cometa no alcanzaba el cielo. En el inicio de semana, este lunes 21 de julio, el cielo quiteño estaba totalmente despejado, con su acostumbrado azul intenso de verano.
Su cometa era multicolor y plástica y, además, llevaba unos dibujos de osos en su estructura. Pasaron los minutos, sin embargo parecía estar ligada al suelo y por más que July corría por un sector del parque Itchimbía, la cometa no se quería elevar.
¡Vamos no importa, inténtalo otra vez! le repetía Guevara. Sin embargo, July prefirió descansar y mirar cómo sus compañeros de mayor edad batían en el aire sus artefactos voladores de mil colores.
Mientras July los veía, Blanca recordaba cuando ella fue niña y jugaba con las cometas con sus hermanos en el Comité del Pueblo. ‘Esas cometas se hacían con sigses y papel periódico, ésas sí que volaban alto’, menciona. El sol les acompañaba sin darles descanso solo con un poco de nubes que apenas daban sombra.
Mientras los niños se subían a las pequeñas lomas que tiene el parque Itchimbía para tomar impulso y correr para que sus cometas puedan volar.
Esta tradicional elevación de Quito es utilizada por niños y adultos que gustan de volar cometas, hasta fin de vacaciones. A este campamento asisten 13 niños que viven en el sur de la ciudad desde los 5 hasta los 12. El campamento se inició el 14 de julio y terminará el 1 de agosto.
Mientras tanto, a pocos metros se encontraba un grupo más extenso de niños y jóvenes del campamento Sol de Verano. Los menores habían llegado hasta este parque porque lo consideraron un espacio ideal para realizar actividades lúdicas. Los vientos fuertes y el fuerte sol lograron que los niños se diviertan.
Uno de ellos es Ismael P. quien junto a su amigo Alejandro R. volaban una cometa de sus dibujos favoritos ‘cars’. Ambos compartían en turnos para volarla pues Alejandro había olvidado de traer la suya.
Mientras ellos la impulsaban hacia el suelo, otros se encontraban sentados en el césped armando poco a poco sus cometas, con ayuda de los facilitadores de este campamento vacacional que en total estaban 240 niños.