Irlanda exige a la FIFA que el partido con Francia se repita
Dublín. AFP
Tras el “robo” del “tramposo” Thierry Henry, que con una mano que el árbitro no vio, selló la eliminación de Irlanda en los repechajes para el Mundial 2010 de Sudáfrica, el país, indignado contra el jugador francés, pidió oficialmente a la FIFA que se repita el partido.
En el mismo momento en que el seleccionador irlandés, el italiano Giovanni Trapattoni, explicaba en rueda de prensa que volver a jugar el partido le parecía “imposible”, la Federación Irlandesa (FAI) publicó un comunicado para pedir a la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) para que organice un nuevo partido entre los dos países.
“Esta decisión totalmente incorrecta del árbitro pone en duda la honestidad del deporte y pedimos a la FIFA, en su calidad de organismo mundial de nuestro deporte, que haga lo necesario para que el partido se vuelva a jugar”, afirma la Federación, insistiendo en el carácter “voluntario” de la acción de Henry.
La reglamentación de la FIFA y su jurisprudencia podrían acabar dando la razón a los irlandeses para un nuevo cotejo.
La reacción de la Federación respondía a la demanda del ministro irlandés de Justicia, Dermot Ahern, y del seleccionador adjunto, Liam Brady.
Según Ahern, si el partido no se volviera a jugar “se reforzaría la idea que si haces trampas puedes ganar”, aunque dijo ser poco optimista sobre el resultado de la demanda de un “pequeño país” como Irlanda. Incluso, el primer ministro irlandés, Brian Cowen, pidió ayer en Bruselas que el partido se vuelva a jugar.
La eliminación fue acogida con indignación en Irlanda, con grupos antifranceses en las redes sociales de internet, e incluso una llamada a boicotear los productos galos.
El ex atacante irlandés, Tony Cascarino, calificó a Henry de “tramposo hipócrita” y aseguró que su acción “mancha su reputación futbolística para siempre”, en un artículo publicado por el periódico británico The Times.
“Estoy disgustado por Irlanda y por el fútbol”, dijo Cascarino, que se pregunta si Henry tendría que haber ido a ver al árbitro después de la mano: “es una cuestión de conciencia. Si hubiera sido yo no habría dudado, porque no soy un tramposo”, agravó la polémica.