Medio millón de habitantes vive cerca de tres ríos

Las viviendas están cerca de las riberas del río Manta, que crece durante el invierno. Foto: Patricio Ramos / EL COMERCIO.

La casa de dos plantas de José Barrezueta, a un lado del puente Jaime Roldós, sureste de la capital manabita, tiene una vista panorámica del río Portoviejo.
Él vive 35 años en el sitio y es consciente de que su vivienda fue edificada cerca de la ribera. Otras siete viviendas están en esas mismas condiciones.
Barrezueta cuenta que ha resultado ileso junto a su familia después de soportar dos fenómenos de El Niño: 1982-83 y 1997-98. Las ocho casas están en zona de riesgo, pero él no tiene a dónde ir y prefiere esperar a ‘lo que Dios diga’ si se desbordara el río Portoviejo por la presencia de un nuevo fenómeno de El Niño.
La construcción de casas, rellenos, muros y hasta cerramientos perimetrales cerca a los márgenes de los ríos Burro y Manta también es un problema en el puerto manabita.
Tanto en Portoviejo y Manta, donde viven 500 000 personas -la mitad de la población de Manabí- la construcción de infraestructura urbana cerca de los ríos es permanente, asegura Roque Mendoza, experto en prevención de riesgos.
Mendoza afirma que las obras se ejecutan en cuencas hídricas sin hacer estudios sobre el comportamiento de los ríos en Manabí, sobre todo en invierno. Los problemas aparecen cuando hay fuertes lluvias, más cuando se presenta el fenómeno de El Niño.
El río Portoviejo, que nace al pie de la represa Poza Honda en el cantón Santa Ana, ha sido intervenido con viviendas en un tramo de 20 kilómetros, asegura Johnny Muentes, especialista en temas ambientales.
La flora y fauna que crece en los márgenes del río pierden espacio, debido a la presencia de construcciones o rellenos en pleno cauce del río, afirma Muentes. Por eso, ahora hay problemas de inundaciones en zona pobladas.
En el ingreso a El Guabito se construye un puente sobre el río Portoviejo. En el margen izquierdo existen más de 20 viviendas que están a 30 metros de la ribera. La casa de Dolores Chavarría está a 300 metros del corredor natural. Sus hijos construyeron muros en la parte frontal para impedir que el río los inunde durante el invierno. Cuando crece pasa del metro de altura y sucede en cada lluvia fuerte desde 1989 cuando llegó a vivir en ese lugar.
Julio Celorio, coordinador de Gestión de Riesgo del Municipio de Portoviejo, afirma que el peligro de inundación es latente desde Estancia Vieja por el norte hasta el sitio de El Milagro de Picoazá al sur.
La ordenanza es clara, dice, pues se debe construir a 50 metros de distancia del borde del río y en muchos sitios no se cumple esta disposición.
Por eso, asegura Celorio, para prevenir inconvenientes por las inundaciones del fenómeno de El Niño se trabaja en la limpieza del cauce del río, especialmente en las zonas de los ocho puentes que cruzan la zona urbana. Además, está listo un plan de contingencia para evacuar a los damnificados si fuera necesario.
En Manta, a lo largo de 20 kilómetros sobre los cauces de los ríos Burro y Manta, los administradores municipales han trabajado en los últimos 15 años en la construcción de muros de gaviones. Ambos ríos nacen en las planicies rurales de Jipijapa y Montecristi.
Cuando los caudales crecen pasan por zonas habitadas, hasta llegar al mar.
El alcalde de Manta, Jorge Zambrano Cedeño, afirma que todos los asentamientos ubicados sobre los ríos son zonas inundables. Ese es el caso por ejemplo de sectores como Jocay, La Ensenadita, 15 de Septiembre, Miraflores, entre otros, que están en la desembocadura de los ríos Burro y Manta, hacia el océano.
Patricio Brito vive en el barrio 15 de Septiembre desde hace 10 años. “Ahora nos están asfaltando las calles, han construido aceras y bordillos, las personas mayores de edad nos dicen que aquí se inunda cuando se desborda el río, no sabemos qué hacer pues estamos en una parte baja de la ciudad”.
A 20 metros de los muros de gaviones se han construido cerramientos, donde se han ubicado negocios como lavadoras de vehículos, canchas sintéticas y además se han edificado urbanizaciones con cerramientos perimetrales.
En contexto
Manabí fue una de las provincias más afectadas por el último fenómeno de El Niño de 1997-1998. Las viviendas y puentes sufrieron serios daños y las carreteras fueron las más destruidas por los desbordamientos de los ríos. Esta vez se prepara un plan de contingencia.