En Pinal del Frente, en el cantón Daule, se prepara el suelo para luego iniciar la siembra; en la zona hay riego. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
La tierra está seca y resquebrajada. Las zonas de cultivo de arroz que rodean al recinto Las Cañas, en el cantón guayasense Lomas de Sargentillo, aún no empiezan a sembrarse porque el invierno irregular alteró los planes de los agricultores.
La economía del poblado, de 8 000 habitantes, depende en un 80% de la producción y comercialización de la gramínea.
Normalmente, para la tercera semana de este mes ya se aprecia el verdor de los campos por las pequeñas plantas de arroz.
La falta de lluvias constantes es una preocupación que comparten los productores del recinto, del cantón y de las zonas altas de cantones como Daule, Pedro Carbo y Santa Lucía, en Guayas; o Montalvo, Ventanas y Babahoyo, en Los Ríos, que concentran el 95% de la producción del Ecuador.
Israel Franco, agricultor y miembro de la agrupación Las Cañas, aseguró que en la localidad hay 220 hectáreas que han sido únicamente removidas para alistarlas para el sembrado. Sin embargo, los trabajos no continuaron por la escasez de agua, ya que no hay pozos ni ríos cercanos.
En general, la temporada de lluvias en la Costa ecuatoriana no empieza de lleno. Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), en este mes se han presentado ligeras precipitaciones y de manera ocasional en la parte interior de la región.
El leve enfriamiento en el océano Pacífico ha incidido en un retraso de la estación, indica una de las conclusiones del Comité para el Estudio Regional del Fenómeno El Niño.
El Instituto Oceanográfico de la Armada señaló que se esperaba que enero fuera relativamente seco y deficitario. Las condiciones se normalizarán en febrero, con lo que arrancaría el invierno como tal.
De alguna manera, la lluvia moderada del 15 de enero ‘devolvió la esperanza’ a los agricultores fluminenses. Fernando Gaibor, productor y dirigente de Babahoyo, comentó que esperaban lluvias fuertes entre el 25 y 28 de diciembre.
“Sin lluvia se distorsiona el cultivo; en las zonas altas de Los Ríos no avanzó el sembrío, con la lluvia pasada se regularizó un poco la faena”, pero no es suficiente para reactivar a los tres cantones arroceros.
En las vías guayasenses, como la carretera Daule-Santa Lucía, la siembra es lenta. Hay sitios donde recién se prepara la tierra, que generalmente se hace a inicios de año.
Julio Carchi, vicepresidente de la Junta de Usuarios América Lomas, de Daule, indicó que algunos sectores del cantón no atraviesan ese problema, gracias a los sistemas de riego en las zonas cercanas a la cabecera cantonal y al río Daule.
Los campos están reverdecidos y los trabajadores se ocupan de la actividad agrícola.
No obstante, dijo que hay recintos arroceros afectados, porque están alejados de los afluentes, varios de ellos ubicados en las parroquias Limonal o Juan Bautista Aguirre.
La Corporación de Industriales Arroceros del Ecuador calcula que el atraso del sembrío involucra a un 20% de las 148 000 hectáreas que se prevén cultivar y cosechar durante el primer cuatrimestre de este año. Es decir, 29 600 hectáreas en la Costa.
En el segundo cuatrimestre se sembrará el resto de hectáreas, pues el país dedica cerca de 360 000 hectáreas a este producto de consumo masivo.
“Si en febrero se regularizan las lluvias, los que empezaron con atrasos ya no saldrían con su cosecha en abril o en mayo, sino que sería a partir de junio, es decir se atrasarían un poco las ventas”, explicó Tulio Reyes, director ejecutivo de ese gremio industrial.
Carchi comentó que esta situación -que afecta a los productores de la zona alta de la Costa- se suma al problema de la comercialización que se atraviesa desde el 2017. No se respeta el precio oficial de la saca de 200 libras de arroz con cáscara, que es de USD 35,50.
“El problema es que están pagando menos de 30 dólares por la saca de 210 libras. Y en las piladoras no sale el producto, tienen almacenado el producto y eso hace que los pagos se atrasen hasta en 60 días”, dijo el agricultor Gregorio Salas. Él es del recinto Guachinchal, en el que más de sus 300 habitantes dependen directamente de la gramínea.
La cosecha de invierno no genera gran expectativa, por el retraso de las siembras y el bajo precio. El alcalde de Daule, Pedro Salazar, cree que en su cantón habrá problemas, ya que el 80% de la actividad económica local se mueve en torno al arroz.