Apicultores en la mira por incendio que consumió bosque protegido en Zapotillo

La quema de siete días destruyó parte del área protegida de los bosques de Zapotillo. Foto: Cortesía Junta Parroquial de Limones

La práctica de la apicultura convencional pudo haber originado el voraz incendio forestal que acabó con más de 200 hectáreas de bosque, en la parroquia Limones, cantón Zapotillo, provincia de Loja. El flagelo estaba controlado en un 90% este jueves 30 de septiembre del 2021.

No hay una investigación abierta por esta emergencia. Pero Vinicio Requena, presidente de la Junta Parroquial, dijo que los apicultores realizan quemas para dispersar a las abejas de las colmenas y recolectar la miel. Para esta tarea encienden algún árbol de palo santo, que produce bastante humo.  

Así trabajan porque no utilizan prendas de protección para evitar las picaduras de las abejas. “Al final de la actividad no apagan bien el fuego y con los vientos se generan chispas que contaminan el bosque, dijo Afranio Sánchez, director de Medio Ambiente del Municipio.  

Requena dice que si bien la gente necesita tener una fuente de ingreso para mantener a su familia, porque no hay trabajo en la parroquia, debe realizar esta actividad con responsabilidad. “Esta emergencia nos puso a correr a todos y en una situación lamentable”. 

Estos territorios forman parte del Bosque Seco de Zapotillo y del programa de Bosques Protegidos. Hay árboles de guayacán, palo santo y hualtaco, y habitan venados, osos hormigueros, ardillas, reptiles, aves, entre otras especies que pudieron haber muerto, dicen las autoridades.  

Los pobladores temen la muerte de distintas especies de animales por el voraz incendio forestal en Zapotillo. Foto: Cortesía Junta Parroquial de Limones
Los pobladores temen la muerte de distintas especies de animales por el voraz incendio forestal en Zapotillo. Foto: Cortesía Junta Parroquial de Limones

Las familias viven de la crianza de chivos. Pero ahora esta actividad también se verá afectada porque los árboles quedaron reducidos a cenizas y los animales no tienen el alimento. A estas zonas no llega el canal de Riego Zapotillo, por eso la agricultura es muy incipiente.  

La mañana de este jueves comuneros, bomberos y militares volvieron a los poblados de Novillos, Guasimal y Tamarindo, para revisar el área quemada e identificar posibles focos de brazas encendidas e intervenir de forma inmediata antes de que el viento avive el fuego.  

Desde el jueves 23 de septiembre, cuando empezó el incendio a la altura de la vía principal de ingreso a los caseríos de Guasimal y Novillo, los pobladores han trabajado abriendo trochas de separación entre la maleza para detener el avance del fuego.  

Pero los vientos y la temperatura superior a los 39 grados complicaron las tareas. “Hemos vivido momentos difíciles, pero nos han apoyado bomberos de Pindal, Celica y Puyango, y personal de las Fuerzas Armadas”, dijo Requena.  

La zonal 7 del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencia realizará una evaluación de los daños registrados. 

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