En Concresa se ofrecen cinco modelos, entre encimeras y cocinas a inducción. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.
Las cocinas a inducción han perdido espacio en el mercado. Por la baja demanda, dos empresas locales han parado la producción de estos artefactos. En los almacenes de electrodomésticos, los propietarios han decidido ofrecer pocos modelos o retirarlos de exhibición.
Las cocinas que, hasta ahora, no han tenido acogida se encuentran apiladas en bodegas. Ecasa dispone al menos de 4 000 unidades ensambladas en su planta ubicada en Quito. Y Desarrollo y Manufacturas Electrónicas Ecuatorianas (DME), que también paró la producción, tiene cerca de USD 60 000 invertidos en partes para ensamblar estos artefactos. Esta materia prima permanece embodegada en Ambato. “El último pedido que nos llegó fue en abril de 2016”, recuerda Gabriel Garcés, gerente general de DME.
El Gobierno se quedó también con 80 000 unidades de 140 000 que fueron importadas de China y que no se lograron comercializar. Las estufas disponibles, ahora, serán parte del mobiliario de las casas del plan Toda una Vida.
Para representantes de empresas y almacenes de electrodomésticos, la situación que atraviesa esta industria desde el 2016 responde, principalmente, a la importación de cocinas de China; a que no se ha eliminado el subsidio del gas; a la falta de promoción del programa e incluso al cambio de Gobierno.
Además, hubo demoras en los pagos de las cocinas que se comercializaban a través de empresas eléctricas.
La deuda total del Gobierno con las empresas locales –que vendieron cocinas por intermedio de las empresas eléctricas- ascendió a USD 50 millones, pero Gustavo Carrera, gerente del Programa de Eficiencia Energética del Ministerio de Electricidad, asegura que se han regularizado los pagos. Actualmente, están pendientes USD 10 millones que serán cubiertos con los ingresos que se generan mensualmente, sostiene el funcionario.
Entre los consumidores aún existe desconocimiento sobre el futuro del programa del Gobierno que impulsa el uso de cocinas de inducción. Micaela Illanes, quien acudió a inicios de este mes a buscar una estufa para su hogar, comenta que ante la incertidumbre prefiere invertir en una que funciona con gas. Las otras le resultan extrañas. Nunca ha utilizado una y el precio del gas doméstico no ha cambiado.
En los locales de electrodomésticos la poca acogida de estos artefactos es evidente. En Almacenes Tu Hogar, por ejemplo, pasaron de vender 2 500 cocinas a inducción en el 2015 a 25 entre enero y octubre del 2017. En Concresa ocurre algo similar. Ahí, en promedio, de cada siete cocinas vendidas una es a inducción, pese a que los precios de estas son más convenientes, refiere Marco Antonio Rosero, gerente general de Concresa.
En estos tres años que lleva el Programa de Eficiencia Energética, que tiene como meta cambiar 3 millones de cocinas de gas por inducción, algunas personas aún no se han convencido del beneficio de esta nueva tecnología.
Por eso, a pesar de que 3,4 millones de hogares en el país están en condiciones de instalar estos artefactos -tienen energía de 220 voltios-, 727 910 han adoptado este nuevo sistema de cocción. Esto refleja que el Gobierno ha cumplido un 24% del objetivo fijado, según el Programa de Eficiencia Energética. Las ventas de cocinas a inducción tuvieron una mayor acogida en el 2015 y luego se produjo un declive constante.
A fin de reactivar la instalación de estos electrodomésticos, el Régimen impulsará, otra vez, el Programa de Eficiencia Energética desde diciembre próximo. Para ello iniciará campañas de comunicación y ratificó que no importará cocinas chinas como lo anunció en agosto y mantendrá el incentivo tarifario.
Actualmente, las personas que tienen cocinas a inducción gozan de un incentivo tarifario que consiste en no pagar en las planillas de luz por el consumo de hasta 80 kilovatios (kW). En el caso de sistemas de calentamiento de agua (duchas o calefones eléctricos) es 20 kW. La medida estará vigente hasta el 2018.
Pero debido a que la meta para instalar estos artefactos se amplió del 2018 al 2023, ahora se reconsiderará la vigencia del incentivo tributario. Carrera espera que las nuevas directrices se definan hasta abril del siguiente año.
El reemplazo de cocina de gas por inducción -según Carrera- se justifica, porque es más eficiente, seguro y evita que el Gobierno destine recursos para subsidiar este combustible. Para este rubro en este año se destinarán alrededor de USD 486,7 millones.