Lucía Cordero oferta objetos de pueblos indígenas elaborados en diferentes materiales. Foto: EL COMERCIO
Las artesanías que se elaboran en Cuenca atraen a los turistas y habitantes de la ciudad, porque son una combinación creativa de nuevas ideas con técnicas ancestrales. En la ciudad funcionan más de 1 000 locales en donde se ofertan objetos con motivos de grupos étnicos.
En el Centro Comercial El Correo hay cuatro negocios de este tipo. La artesana, Narcisa Cordero, quien realiza tejidos en lana y fibras naturales, no deja de sorprenderse de la capacidad artesanal y creatividad de los cuencanos.
Las vitrinas de cualquier tienda lo confirman: rostros con el estilo de culturas ancestrales, una mazorca de maíz en cerámica con indígenas en su interior, carteras de cuero con diseños andinos… se exhiben.
En la tienda de Cordero, todos los objetos tienen relación con las culturas de los otavaleños, saraguros, shuar, entre otras. Sus principales clientes son los turistas extranjeros.
En los estantes y vitrinas se destacan los tapices de lana con diseños de paisajes andinos cuyos precios oscilan entre USD 30 y 50. Los jarrones con rostros de otavaleños cuestan USD 5 y los portavasos con figuras de la Chola Cuencana se venden desde los USD 8.
Cordero hace los diseños que luego manufacturan artesanos de Cuenca y de otros cantones azuayos que trabajan en su taller. Cada pieza tiene una identidad, belleza, historia y mezcla de colores distinta.
Para Cordero no se trata solo de vender el producto. A ella le gusta contar al cliente el valor artesanal de cada objeto y su contexto cultural. Su objetivo es difundir la identidad.
“Hay turistas extranjeros que tienen salas que parecen museos con múltiples piezas culturales compradas en Ecuador”, dice Cordero. Ella conoce más de las culturas del sur del país porque se considera descendiente de los cañaris.
La mayoría de tiendas de artesanías con motivos étnicos funciona en centros comerciales como El Joyero, Gran Pasaje, Casa de la Mujer, Plaza Rotary, 9 de Octubre, entre otros.
El Tucán es la tienda de artesanías más grande de la ciudad. En dos plantas guarda más de 10 000 piezas en figuras, bisuterías, tejidos, prendas… todas relacionadas con la riqueza cultural del Ecuador.
María del Pilar Guillén, una de las propietarias, cuenta que el negocio se abrió hace 28 años. En ese local el cliente encuentra desde postales a 25 centavos hasta textiles de USD 300, que son finos y exclusivos.
A este centro llegan trabajos de cientos de artesanos proveedores de todo el país. Guillén sostiene que estas artesanías que muestran la riqueza cultural son verdaderas obras de arte. “Las técnicas ancestrales se mantienen entre los pueblos en cestería, elaboración de tejidos en fibras, bordados en telares, alfarería, tallados en madera e instrumentos musicales”.
De acuerdo con datos de la Empresa de Desarrollo Económico del Municipio de Cuenca, en este cantón hay más de 10 000 artesanos, de los cuales 1 700 hacen productos de utilidad. Por cada rincón se respira creatividad artística y por eso, en la actualidad, se construye el Portal Regional de Artesanías.
El objetivo del proyecto es dotar de un amplio espacio público para la venta de este tipo de trabajos hechos en Cuenca y el Austro, pero también para fortalecer a este sector.
Elvira Granda tiene 45 años y más de 20 dedicados a los bordados. Con sus dos hijas Pamela y Katherin, de 28 y 16 años, respectivamente, elaboran prendas de vestir, manteles, servilletas… bordadas con apliques de cholas cuencanas, flores y rostros.
Granda tiene un puesto en la Casa de la Mujer, pero también entrega sus obras a otras galerías de la ciudad como Artesanías Álvarez. Según su dueña, Leticia Calle, las artesanías con motivos culturales tienen más demanda porque los turistas las llevan como recuerdo.