Olmedo
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Dep. CuencaFabián Alarcón. Riobamba
Era una alegría que no tenía fin. En el camerino visitante del estadio Olímpico de Riobamba, los jugadores del Deportivo Cuenca se arremolinaban, se abrazaban y saltaban, solo cubiertos con una toalla y con sus torsos desnudos.
Geancarlo Ramos, jugador surgido en Emelec, recordaba a su ex equipo: “Se quedaron afuera”, decía el volante ahora convertido en un referente en el D. Cuenca.
Los jugadores del Expreso tienen motivos de sobra para festejar. Ayer alcanzaron la final del torneo local tras remontar un marcador adverso y vencieron por 2-1 al Olmedo. Completaron 15 puntos en una campaña perfecta: cinco triunfos en idéntico número de partidos.
Pero no solo los jugadores celebraron ayer en la fría Riobamba. En las gradas del Olímpico, unos 2 000 hinchas morlacos, correctamente uniformados con sus camisetas rojas, llegaron a la capital de Chimborazo. La afición vivió intensamente el partido que empezó con desazón por el tanto del Olmedo de Christian Suárez (26’). Después se convirtió en esperanza con el tanto de Ismael Villalba (35’) y terminó en un largo festejo con el tanto de Rodrigo Texeira, en el minuto 90’ + 1’.
El brasileño, uno de los importantes talentos del equipo, logró su noveno tanto en el torneo. Teixeira no anotaba desde el 23 de septiembre en la décima etapa, cuando el Cuenca se impuso por 2-1 a Liga de Portoviejo .
A Deportivo Cuenca le bastaba un empate para acceder a la final, pues a la misma hora en Guayaquil, Emelec era incapaz de someter a Espoli. Sin embargo, el gol de Texeira sirvió para consolidar la victoria y la clasificación.
El técnico Paúl Vélez mandó a la cancha a un equipo combativo, que cubrió todos los espacios para impedir que Olmedo llegara con peligro a su área.
El Cuenca esperaba, pero cuando encontraba espacios, salía veloz. Así, los australes dieron la primera alerta a los 19 minutos, mediante un remate de Villalba que terminó en las mallas superiores del arco olmedino.
Los 2000 hinchas del Expreso se animaban tibiamente a cantar en el primer tiempo. En ese primer tiempo, el duelo de barras lo ganaba Ciclón Tribuna, que con sus tambores alentaba al Olmedo a buscar el desnivel.
Con el aliento de su gente, el cuadro de Héctor González adelantó sus líneas y se puso al frente en el marcador por el tanto de Suárez, el jugador más incisivo de Olmedo en la primera etapa. Sin embargo, el ex Liga perdió su nivel en la etapa complementaria.
El técnico González quería asegurar el marcador y arengaba a sus jugadores a que presionaran en campo rival. Pero ayer era la tarde de los visitantes, que lograron el empate con el tanto de Villalba, tras un tiro libre ejecutado por John García y que el arquero Robinson Sánchez no pudo contener. El argentino aprovechó el rebote y marcó la igualdad.
Y en el 1-1, el partido mantuvo su característica combativa. Ramos y García perseguían y anulaban a los ofensivos del Olmedo y por ello el Cuenca recuperó y controló mejor el esférico.
El Cuenca se conformaba con el empate, pero tuvo un gran susto cuando el también ingresado Esteban Rivas estrelló el balón en el vertical izquierdo de un cabezazo, luego del centro de Christian Gómez (82’). Pero se encontró con la fortuna cuando Teixeira recibió el balón en un pase largo y la defensa olmedina adelantada, para definir con un ‘sombrerito’ sobre Sánchez en el final del compromiso.
Ese gol generó la euforia de los hinchas visitantes. Los tambores de la ‘Ciclón Tribuna’ se acallaron y en el Olímpico solo se escuchaba el grito:
“Cuenca,Cuenca, Cuenca, Cuenca…” que se extendió hasta el camerino, en donde algunos simpatizantes burlaron el resguardo policial para celebrar entre los jugadores, pedir autógrafos y tomarse fotos.
“La base de nuestro éxito es la humildad”, expresó el técnico austral Paúl Vélez. El ecuatoriano sigue siendo muy útil para el equipo: el año pasado, el equipo llegó a la Copa Libertadores de su mano y, pese a ello, la directiva no lo ratificó como DT principal. Este año, asumió tras la salida de Guillermo Duró y está en la final.
La figura
Geancarlo Ramos, un técnico en la cancha
El volante de primera línea del cuadro colorado repartió indicaciones dentro del campo de juego. Manejó los tiempos y lideró a sus compañeros a la hora de defender. Marcó con eficacia y nunca perdió en algún mano a mano.
La contrafigura
Roberto Mina deambuló en la cancha del Olímpico
El delantero de Olmedo pasó desapercibido en el juego. Tuvo un par de participaciones, pero no la capacidad de penetrar a la ordenada zaga colorada. Los hinchas riobambeños pidieron constantemente su salida.
Curiosidad
Al final del encuentro, los policías impidieron a los medios el ingreso al camerino del Deportivo Cuenca. Cuando al fin lograron entrar, los uniformados lanzaron gas pimienta, el cual afectó incluso a los jugadores.
Unos 2000 hinchas acompañaron al cuadro morlaco en el estadio Olímpico. En la tribuna, estos tres aficionados decidieron protegerse del sol usando sombreros de paja. Estos aficionados miraron con atención la victoria de su equipo ante Olmedo.
El cielo en Riobamba estuvo completamente despejado, lo que permitió que se pudiera observar el volcán Chimborazo en el lado norte del estadio Olímpico. Los hinchas cuencanos no dejaron de tomar fotografías.