Claude Lévi-Strauss

Poco antes de cumplir 101 años, Claude Lévi-Strauss se ha ido. No solo fue uno de los teóricos más importantes que ha tenido la antropología, sino también uno de los más claros pensadores del siglo XX.

Su prestigio mundial se debe principalmente al desarrollo del estructuralismo en antropología. A diferencia de otros investigadores de inicios del siglo XX, preocupados más por la recopilación de datos, Lévi-Strauss dio espacio a la teorización, contribuyendo a la consolidación de la antropología como disciplina científica.

Sus estudios y más de 30 libros hablan por sí solos de su vocación por la rigurosidad y el trabajo minucioso. Entre los más destacados están: ‘Antropología estructural’, ‘Tristes trópicos’ y ‘Estructuras elementales de parentesco’. 

La idea de estructura no es entendida como estructura empírica en el sentido de Radcliffe-Brown sino como un modelo abstracto, derivado, eso sí, del análisis de fenómenos socioculturales.

Un aspecto clave para entender el estructuralismo levistrosiano tiene que ver con la idea de que cada sociedad o cultura muestra rasgos (estructuras) siempre presentes, en mayor o menor grado, en otras. Para Lévi-Strauss, la presencia de estos patrones se hacían evidentes a partir del estudio del lenguaje, las relaciones de parentesco y el intercambio de bienes en sociedades sin escritura (mal llamadas primitivas).

La existencia de estas estructuras en todo grupo humano  permitió a Lévi-Strauss desmitificar la idea de que existen sociedades con mayor o menor grado de desarrollo.

En términos culturales, no hay fundamento para establecer una jerarquía entre sociedades. Sin embargo, hasta  hoy, todavía puede observarse esta aberración de ubicar en escala ascendente a todas las sociedades.

Si somos un poco más precisos en el análisis, esto no solo se debió a la mediterraneidad del pensamiento occidental (sino a un asunto de relaciones de poder y, por ende, de política. La idea de escalas entre sociedades ha estado vinculada con el despojo y la explotación de pueblos y naciones. Es justamente esta lógica la que criticó fuertemente Claude Lévi-Strauss durante sus últimos años de vida. En una conferencia dictada en Barcelona en 2005, decía: la humanidad no se ha dado cuenta de que ella es víctima de sus propias acciones. El crecimiento de la población, sumado a la explotación desproporcionada de los recursos naturales, es y será un problema.

Pese a los avances que ha tenido la humanidad, todavía no queremos reconocer nuestros límites. Cualquier iniciativa de cambio, transformación o desarrollo debería comenzar por el respeto de la diversidad y del derecho del otro a vivir igual que nosotros.