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Los cincuenta, los sesenta…

La imagen de Luis Mejía, con el ojo en el visor y encaramado sobre el techo de su antiguo Toyota Land Cruiser, es la introducción a uno de los libros de una colección de cuatro tomos que relata, mediante fotografías en blanco y negro, prácticamente todo el Siglo XX de Quito y Guayaquil.

Ver a Lucho en posición de combate, es decir a punto de disparar o hacer un clic con su cámara, resulta conmovedor. Así lo hemos visto durante décadas de coberturas periodísticas, ya sea captando los diversos rostros que integran la sociedad ecuatoriana o en medio de balas y el tableteo de las metralletas durante un golpe militar.

El 11 de julio de 1963, el día en el cual los militares derrocaron a Carlos Julio Arosemena, protegidos por un tanque descendieron de un automóvil quienes en pocos minutos más derrocarían al mandatario para instaurar una Junta de Gobierno. La escena la captó Mejía y al día siguiente fue publicada en EL COMERCIO.

Fue el inicio de la brillante carrera de este fotorreportero a quién conocí cuando se fundó el diario Hoy, en 1982. Hombre seco, de pocas palabras, hablaba a través de su cámara. La obra de Mejía viene a la memoria gracias a que la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Cultura, que dirige Irving Zapater, publicó una obra que destaca el papel de los fotógrafos como personas y actores culturales en un momento específico de la historia.

¿Quién no ha oído hablar de Foto Pacheco? En el tomo correspondiente a la década de los cincuenta se resalta la obra de Luis Pacheco. Como ejemplo, una fotografía del joven pintor Oswaldo Guayasamín en su estudio y una carrera de autos, ¿saben dónde?, en el ex hipódromo de La Carolina. Registra también el apoteósico recibimiento de Quito a Nixon.

Zapater narra que era tanto el prestigio de Pacheco como fotógrafo, que ningún acto de importancia social podía comenzar si es que el personaje no llegaba. Como reportero gráfico, Pacheco trabajó en EL COMERCIO y Últimas Noticias.

Un poco más contemporáneo, de los años setenta, es el trabajo de otro de los grandes fotógrafos consagrados en la capital. Muestras: los túneles occidentales y las vías de alta velocidad con sus modernas bifurcaciones.

Además de una foto de Velasco Ibarra con Salvador Allende en el aeropuerto, Moreno registró el paseo en un tanque de guerra del primer barril de petróleo que fue llevado hasta el Colegio Militar.

La colección registra las impresionantes fotografías de Guayaquil entre 1910 y 1930 captadas por José Rodríguez González., Enrique de Grau, Miguel Ángel Santos y Rodolfo Peña Echaiz. Cuánta historia gracias a la fotografía y a los precursores de la imagen.