Redacción Manta
La suspensión de la explotación de ocho canteras ubicadas en zonas de preservación arqueológica de Portoviejo tiene preocupados a los habitantes de algunos barrios.
Los vecinos de Picoazá amenazan con cerrar las vías que conducen a Manta, Montecristi y Rocafuerte, si no se abren las canteras. “Esperamos una respuesta hasta esta semana”, aseguró Gustavo Moreira, dirigente.
2 000 familias
de Portoviejo y Montecristi basan su sustento económico en las canteras.
Para el 5 de marzo está prevista una asamblea general de los barrios en la Casa de la Cultura. Isacio Palacios, presidente de la Unión de Barrios, informó que en ese encuentro se planificará la protesta en la ciudad.
“Son más de 2000 familias las que están sin trabajo”, comentó Mario Mero, uno de los perjudicados. Él laboraba en la explotación de piedra, en una de las canteras que fueron suspendidas por técnicos del Ministerio de Energía y Minas.
Los dueños de los yacimientos presentaron recursos de amparo ante los jueces de Portoviejo y de Montecristi.
Patricia Briones, ex alcaldesa de Portoviejo y representante de canteras Uruzca, entregó junto a su representante legal un recurso de amparo ante el juez 12° de lo penal en Montecristi.
Según los dueños de las canteras, un 55% del material extraído se usa en los trabajos de rehabilitación de vías en el centro, sur y centro-norte de la provincia y el 45 %, en la construcción.
“El cierre de las canteras fue ordenado por el Gobierno”, dijo Tatiana Hidrovo, directora del complejo cultural Ciudad Alfaro.
Lo hicieron para proteger, por ejemplo, el cerro Jaboncillo donde floreció la cultura Manteña. Sin embargo, los pobladores piden a las autoridades que se reabran las canteras, por eso entre la tarde del martes, junto a los dueños de los yacimientos, esperaban las respuestas de los jueces.