Christian fue víctima de un asalto y ahora forma parte de un grupo de afectados. Foto: Cortesía
Las imágenes se repiten. Son fotografías de bicicletas robadas que circulan en chats y redes sociales. Allí, los dueños detallan en qué lugar se perpetró el asalto, la fecha y los números de contacto. En unos casos incluso se ofrecen recompensas.
En Facebook y WhatsApp, los afectados también relatan cómo fueron robados.
Christian es un joven publicista quiteño y pertenece a un grupo de Facebook llamado Bicicletas Robadas. Cuenta a este Diario que fue víctima de un ataque violento el 11 de agosto, cuando salió de su trabajo.
Dice que ese día fue interceptado por dos sospechosos que estaban armados con cuchillos. Ocurrió en las afueras de su oficina, en el norte de Quito. “Eran las 19:00 y en menos de un minuto me quitaron lo que compré en USD 2 100; la subieron al balde de una camioneta y se fueron”.
Recuerda que los asaltantes lo insultaban mientras forcejaban. Hoy, solo le queda el asiento que solía retirarlo como una medida de seguridad adicional mientras la dejaba estacionada en cualquier lugar.
En el grupo en donde está Christian aparecen robos reportados en unas cinco ciudades. Uno de esos hechos fue reportado el 14 de agosto desde el sector de Ingahurco, en Ambato. 11 días antes, una mujer de Ibarra también denunció.
En esa misma ciudad ocurrió otro asalto el 22 de julio; y dos días antes, una bicicleta para deportes extremos fue sustraída en Cariamanga (Loja).
La Policía advierte que este tipo de atracos se ha vuelto usual y más violento, porque en estos días de emergencia sanitaria más personas utilizan este medio de transporte.
En el momento se rastrea a las bandas que operan en el país y recaba cifras generales. En Quito, los agentes registran 130 robos de bicicletas en lo que va del año. Durante la emergencia se observa un crecimiento.
Fausto Salinas, comandante de la Policía en la capital, señala que esa estadística es un subregistro porque la mayoría de afectados no denuncia.
De las investigaciones ejecutadas, los especialistas saben que la mayoría de las unidades robadas se vende en cachinerías o en ciudades cercanas a Quito, a precios mucho menores que en el mercado formal.
La noche del 8 de agosto, dos personas ingresaron a un conjunto habitacional en Cotocollao, en el norte, cortaron las cadenas de las bicicletas y se fueron. A una pareja también le robaron en su casa, cerca del parque Metropolitano. Aseguran que el monto de lo sustraído supera los USD 5 000.
Hace siete días, los agentes detuvieron a tres integrantes de una banda que operaba cerca del cerro Catequilla, en San Antonio de Pichincha.
En Guayaquil también se registran ataques violentos. En estos días se viralizó un video en el que se observa que dos hombres encapuchados descienden de una camioneta blanca. Luego, amedrentan a tres jóvenes que huyen.
Los sospechosos subieron las bicicletas al balde del automotor, que se movilizaba por la ciudadela Puertas del Sol.
En el Puerto Principal, Diana fue víctima de un atraco cuando regresaba con su novio a casa, en La Atarazana. Cuenta que el 1 de agosto, tres personas con mascarillas se bajaron de un auto y los apuntaron con pistolas. Les quitaron sus bicis y huyeron. Ella reportó esto en un chat de WhatsApp que se creó el 6 de julio, por los continuos hechos perpetrados.
En lo que va del año, en esa urbe hay 38 denuncias. Eso representa cuatro casos menos respecto del año anterior.
Guido López, de la Policía Judicial de esa ciudad, también reconoce que no todas las víctimas denuncian formalmente.
El 2 de julio, Ricardo Camacho Ayala, presidente de Biciunión, remitió una carta a la ministra de Gobierno, María Paula Romo. Pide la participación de la Policía para crear un registro con el número de serie de las bicicletas.
La idea es que los usuarios llenen un formulario en las Unidades de Policía Comunitaria con sus nombres completos, dirección, cédula, número de teléfono, correo y características de los bienes.
Una vez completada la base de datos, esta servirá para cruzar información cuando haya denuncias de robo y así impedir su comercialización.
Mientras esto se tramita, la Policía en Quito implementó policiclos. Agentes circulan por rutas en las que se evidencia un mayor número de usuarios. También se indagan posibles casos de estafa.
En este momento rastrean la pista de personas que llaman a los afectados y exigen dinero a cambio de dar información sobre sus bienes robados.
La Policía pide a los ciudadanos no pagar, porque se trata de engaños. En los grupos de Facebook y WhatsApp además se identifica a presuntos estafadores.