Redacción Jóvenes
Si alguien dice que las creaciones tecnológicas de la Universidad Internacional son ‘puro invento’, no están equivocados.
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El proyecto de Patricio Cueva y sus compañeros se clasificó a un concurso en Nuevo México. La mayoría de trabajos de la casa abierta estuvo enfocado a la no contaminación.
Este motor para carro, dice Patricio, “emite seis moléculas de agua y dos de CO2”, lo contrario de lo que sucede con los motores que funcionan con gasolina.
La casa abierta de la U. Internacional empezó el lunes y cerró ayer.
Se mostraron inventos e investigaciones. Hubo un carro eléctrico, un sensor que alerta al conductor si este se duerme o se cansa.Esta semana, los chicos de la carrera de Mecatrónica mostraron que sus tareas sí son ‘puro invento’, pero en el buen sentido de la expresión.
Ellos abrieron las puertas de la ‘U’ para mostrar -en una casa abierta- desde un triturador de basura orgánica hasta una biblioteca virtual.
Luis Fernando Loaiza, de 19 años, cuenta que hizo un tren ecológico junto a sus ‘compas’ Giselle Albán (18) y Jonathan Corrales (19). Fue la tarea final del semestre pasado, porque este también crearon una máquina para tejer mallas.
“Este tren utiliza energías renovables, tiene un panel solar y una hélice. Por eso funciona con energía solar y energía eólica”, dice Luis Fernando, mientras su tren avanza por un pequeño riel.
La idea, según Giselle (18), nació de la necesidad de crear un sistema que no contamine el ambiente. Pero esta propuesta no es posible en el país, “porque no hay apoyo para usar sistemas que no utilizan combustible”, continúa Jonathan.
Ellos son de la carrera de Ingeniería en Mecatrónica. Dicen que eligieron esta carrera porque así pueden “crear máquinas que faciliten la vida a las personas”.
Cada semestre, los estudiantes de esta profesión deben desarrollar un proyecto. Por eso, José Luis León y Salim Abedrabba, también alumno de mecatrónica, crearon un prototipo robótico. Se trata de un brazo mecánico, diseñado para clasificar objetos.
Tiene dos cámaras web, explica José Luis León. A través de esto y algunas programaciones, que solo los estudiantes comprenden, el brazo encuentra las coordenadas de los objetos y los atrapa.
“Nos tomó de seis a ocho meses… Pero seguimos haciendo investigaciones para cambiar el sistema a Linux. También queremos orientarlo al uso de sensores e inteligencia artificial”, dice José.
Cerca de ellos mostró su proyecto Esteban Carrillo (19). Él hizo un carro con doble sistema de frenado. “Una alarma nos avisa si el disco se recalienta y que debemos usar el segundo sistema. Cuando hay un choque inminente usa el otro freno”.
Otro de los proyectos fue el de Patricio Cueva, quien trabajó en un motor que usa energías renovables.