Luciana Ojeda tiene 6 años y a su corta edad sabe que los animalitos merecen respeto y que también tienen varias necesidades: ellos comen, juegan, pasean.
Ella está consciente de que cuando se les abre la puerta de hogar, el tutor asume una serie de responsabilidades. Luciana, por ejemplo, es la encargada de limpiar el arenero de su gatita Claudia. La alimenta y, por supuesto, la llena de caricias. Es la parte más divertida.
Esta pequeña también mima a su perrito Spanky. Creció rodeada de animales y desde que era una bebé su madre, su tía y su abuelita le enseñaron a cuidarlos. ¡Nada de juegos bruscos! Luciana padece cuando otros niños los lastiman.
“De grande quiero ser veterinaria, para curarlos”, afirma.
Para evitar que las mascotas sufran en manos de los pequeñitos, el médico veterinario zootecnista Diego Pavón sugiere dar la bienvenida a una mascota cuando el niño tenga entre 6 y 7 años.
Antes, resulta un poco arriesgado, porque siempre van a querer abrazarlos, incluso a la fuerza.
El gatito se puede molestar y arañar, o el perrito morder. Con este especialista coincide la pediatra Astrid León Monar. “Yo recomiendo que la mascota llegue cuando el niño tenga la capacidad de comprender y de cuidar”.
La veterinaria Myriam Iza ha sido testigo de varios casos de maltrato animal por parte de los más pequeños de la casa. Por eso, ella también sugiere que los tutores tengan más de 6 años.
Pavón hace hincapié en que las mascotas jamás pueden ser vistas como un premio. El gato, perro, conejo… complementan las familias.
¿Cuál es la mascota adecuada?
No existe una verdad absoluta. Pero antes de adoptar a un animal es importante considerar el espacio de la casa, y luego la disponibilidad de tiempo y el carácter del niño. Si al ‘peque’ le encanta divertirse, entonces posiblemente necesitará la compañía de un perro.
Los gatitos, recuerda Iza, son un mundo aparte. Ellos son independientes y la mayoría huye de las caricias. Pueden aceptar uno, dos y hasta tres besitos, pero nada más.
Hay perros, como los labradores o los golden retriever, que tienen mayor empatía con los niños. Pero una vez más, los expertos aclaran que no se trata de una regla general. Hasta esos perritos, admirados por su gran paciencia, pueden molestarse tras un acto de maltrato.
Hay pequeños que les halan las orejas o la cola, o que incluso estiran sus delicados bigotes.
En caso de que la familia disponga de poco tiempo, una opción son los peces. Con ellos, los niños igual aprenderán de responsabilidad.
Los conejos y hámsteres son peluditos mucho más delicados. Por eso, Iza sugiere integrarlos a la familia cuando los menores de edad tengan entre 10 y 12 años. “Me parece lo más apropiado”.
Las mascotas traen beneficios
La influencia de las mascotas en la vida de los niños será siempre positiva. Con ellos, los ‘peques’ desarrollan empatía, aprenden a respetar a los seres vivos y a la naturaleza. “Definitivamente resultan beneficiosas”, dice León Monar.
Sin embargo, recomienda tomar en cuenta enfermedades preexistentes, como las alergias respiratorias: rinitis y asma.
Si un niño las padece será necesario que primero estén controladas con algún medicamento antes de que llegue la mascota.
Luego, resultará vital la limpieza diaria de cada espacio de la casa e higiene del perro o gato. Hay que cepillarlos todos los días. “En esos casos serían ideales las mascotas que no son tan alergénicas”, menciona la pediatra.
El portal www.healthychildren.org menciona que los gatos son generalmente mucho más alergénicos que los perros.
En caso de omitir las sugerencias de los especialistas, las enfermedades podrían complicarse. León Monar recuerda que la rinitis afecta a la nariz, mientas que el asma ataca a los pulmones.
Tome nota
Los niños pueden adquirir una mascota cuando entienden sobre responsabilidad. Los padres deben tener en cuenta que sus hijos solo colaborarán con los cuidados. La mayor responsabilidad recaerá en los adultos.
Recuerde
que los perros demandan más tiempo y cuidados que los gatos. Los peces son los que menos cuidados podrían requerir, según el veterinario Pavón, de la Clínica Veterinaria La Casa Grande.
Cuando se trata de hijos únicos se sugiere un perro. Si hay espacio dentro de la vivienda se recomienda un labrador o golden retriever. En razas medianas puede optar por un beagle o cocker. En miniatura, un yorkshire.
Todos esos perros son amables y gentiles con los niños. Les encanta compartir tiempo. Son canes que no producen alergia por su tipo de pelaje. Pese a eso, se sugiere un cepillado diario para evitar la caída de pelo en la casa.