Las islas Feroe, en Dinamarca, fueron escenario de una cacería masiva de delfines el fin de semana.
Más de 1 428 delfines atlánticos (Leucopleurus acutus) murieron como parte de una tradición que acostumbra realizarse en el país desde hace siglos atrás, de acuerdo con El Mundo.
Se trata de la caza de Grindadràp, en la que cada año se cazan calderones (ballenas) y delfines. La práctica consiste en rodear a los cetáceos con barcos en la bahía y una vez que se encuentran acorralarlos en las orillas del mar, son sacrificados por los pescadores con un cuchillo.
En las imágenes difundidas por la organización ecologista internacional Sea Shepherd, que han dado la vuelta al mundo, se puede observar los cadáveres de los mamíferos en las orillas de Skálabotnur.
Este año, las altas cifras de muertes de delfines provocaron indignación en la población y numerosas quejas por parte de ecologistas y usuarios de redes sociales.
“Me enferma ver estas cosas”, comentó un cibernauta en la página de Facebook de la televisión local Kringvarp Føroya, mientras que otro describió la masacre como “completamente terrible” y agregó: “Me avergüenza ser feroés”.
El gobierno de las islas Feroe defendió la caza de los delfines, porque considera se trata de una práctica autorizada en el archipiélago nórdico, que tiene cerca de 1 200 años de antigüedad.
Hallur av Rana, periodista de la televisión pública local KVF comentó: “No tenemos tradición de cazar estos mamíferos, suele haber unos cuantos en la caza, pero no solemos matar a tantos”, de acuerdo con El Mundo.
“Parece extremo e hizo falta tiempo para matarlos a todos cuando generalmente es bastante rápido“, agregó el periodista, que afirma que el 53% de la población de las islas Feroe se opone a la pesca de esta especie.