La fortaleza electoral que el gobierno de Rafael Correa proyecta en las encuestas tiene puntos sensibles que pueden ser un dolor de cabeza en un 2012 electoral.
El Presidente y su aparato de propaganda han dejado en evidencia que la salud, la educación y la obra pública son temas en que no pueden cometer errores. Sobre todo, cuando empieza un año en que está en juego la reelección y el control de la Asamblea.
Al celebrar su quinto aniversario, el líder de Alianza País no pudo esconder la preocupación que le generan ciertas falencias en esos sectores. En público, refunfuñó por los problemas que aún golpean a los hospitales públicos, pese a seis meses de emergencia y USD 406 millones.
La publicidad oficial también puso en evidencia que la salud y educación son temas delicados y con impacto en un año electoral.
La cadena nacional emitida por los 5 años de gobierno martilló en la idea de que hay sistemas sanitarios, educativos y viales que funcionan. Y que pese a los problemas registrados en hospitales y escuelas, hay satisfacción popular.
Santiago Nieto, de Informe Confidencial, dice que es comprensible que el Gobierno busque exhibir eficiencia en esas áreas, que se relacionan directamente a los sectores más vulnerables. “Los estratos populares están preocupados porque se solucionen sus problemas cotidianos”.
Según las cifras oficiales, las capas populares a las que apunta la obra gubernamental son mayoría en el padrón electoral. El Censo del 2011 señala que el 33% de la población es pobre. A esto se suma casi el 50% de hogares que se ubica en la denominada “clase media baja”, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos.
Mayor gasto público
Consciente de que obras en salud, educación y vialidad se traducen en réditos electorales, el Régimen está decidido a abrir más la llave del gasto público.
De los 4 800 millones presupuestados en el 2012 para el Plan Anual Estratégico, el 95% ya está asignados para los tres sectores que inquietan, según la Secretaría Nacional de Planificación. Es decir, más de USD 4 500 millones para las tres áreas que más inquietan a Correa.
Para Francisco Rhon, director del Centro Andino de Acción Popular, este nivel de inyección de recursos es clave en la conexión Gobierno-electorado, que incluso va más allá de la obra pública.
Sus palabras se refieren a que el gasto público, canalizado también en bonos y subsidios, ha hecho que las capas populares sean parte a la lógica del consumo. “Hay una masa que se ha ido incorporando al mercado y al consumo, ¿esa masa puede estar preocupada por la restricción de la democracia o por que el Presidente dé recursos?”, se pregunta.
La estadística confirma que el consumo se ha disparado en los años en que Correa lleva como huésped de Carondelet.
Entre enero y noviembre del 2011, los créditos de consumo aumentaron en USD 1 101 millones, en comparación del mismo período del año 2010.
A esto se suma que el Banco Central reporta que en ese período se disparó la importación de bienes de consumo, en más de USD 3 000 millones.
“Más gente comprando. Más gente que destina sus recursos a comprar bienes y servicios de consumo”, es el criterio del analista financiero Juan Pablo Herrera.
Y aunque Nieto señala que las mediciones de Informe Confidencial revelan que el Gobierno está bien evaluado en los sectores medios, advierte que a estas capas sí les inquieta temas como el respeto a las libertades y a la institucionalidad.
Pero, cree que solo una afectación al bolsillo de estas clases sociales puede ser el detonante para que ese eventual malestar se refleje en un rechazo concreto. Entre otras razones, porque la liquidez de la economía se ha traducido en una nueva capa media.
Para evitar efectos adversos en este punto, Carondelet ya ha trazado su estrategia de defensa. Cadenas nacionales o los propios enlaces sabatinos se han convertido en espacios para descalificar a quienes cuestionan sus acciones, como procesos contra dirigentes sociales bajo cargos de terrorismo o juicios a periodistas.
Aunque como la mencionada el propio Presidente, exhibir eficiencia en servicios básicos y obra pública siguen siendo su prioridad en el año electoral.
El discurso de la oposición se enfoca en principios
En sus primeras acciones del año, la mayoría de fuerzas opositoras ha dejado traslucir que su discurso electoral se enfocará en temas como la defensa de principios democráticos.
Hasta el momento, en su discurso no ha ocupado un papel protagónico temas más concretos, como las falencias del Gobierno en materia de obra pública o salud.
Más bien ha privilegiado llamados a defender la democracia, pues consideran que el Gobierno de Correa y A. País han atropellado el equilibrio de poderes.
Uno de las primeros grupos en hacerlo fue el foro Cauce Democrático, que formuló un llamado a la unidad de todas las fuerzas de la oposición para “frenar” el “proyecto dictatorial de Correa”.
A este llamado se sumó la Izquierda Democrática, que también señala la necesidad de poner un alto al “abuso de poder” y la “persecución” a dirigentes.
Es decir, un discurso similar al de la Coordinadora para la Unidad de lasIzquierdas, en las que figuran el MPD, Pachakutik, Participación, Montecristi Vive, entre otras. Su dirigente,Gustavo Larrea, dice que la unidad de la tendencia debe darse bajo el paraguas de la defensa de la libertad.
Solo Sociedad Patriótica ha desviado ligeramente el rumbo de su discurso, al cuestionar por ejemplo la elevación de precios. Correa ha rechazado de inmediato ese tipo de críticas de la lista 3.