La regeneración urbana es una de las prioridades que planea ejecutar el Cabildo de Naranjal en los próximos 4 años. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
La inseguridad, la falta de servicios básicos y la necesidad de emprender un programa de regeneración urbana son tres de los problemas principales que aquejan a los ciudadanos del cantón Naranjal, en el sur de la provincia del Guayas.
Esos son los temas de conversación, una semana después de la alerta de intento de asalto en la agencia de BanEcuador. El hecho causó conmoción entre la población y las investigaciones continúan sobre este hecho inédito.
Los comerciantes de alimentos, electrodomésticos, prendas de vestir y otros ubicados cerca del banco, en la vía Panamericana, aprovechan ese incidente para pedir más seguridad; pero también más obras al alcalde, Luigi Rivera, del movimiento Juntos Podemos.
Naranjal tiene 70 000 habitantes. Está atravesada por la carretera por donde pasa el tráfico pesado que circula entre Guayaquil, Machala, el sur del país y el norte de Perú. Se suman las decenas de motocicletas locales y la alta presencia de vendedores ambulantes.
“Es un verdadero caos”. Así se queja Isabel Cuenca, de 47 años, sobre la vía principal de la ciudad. La mujer, que cuida vehículos en un comercio, dice que en los últimos nueve meses ha sido testigo del robo a seis personas. “Los delincuentes transitan a bordo de motocicletas”.
El tema de la inseguridad no es percepción. Los datos de la Policía Nacional reflejan que entre enero y agosto de este año, los delitos de robo de motos a unidades económicas, carros, personas, bienes y autopartes de vehículos y domicilios se incrementaron un 8% en la subzona Naranjal-Balao, respecto del 2018.
Los robos de motos fueron los que engrosaron las estadísticas, con un incremento de 36%. En la otra orilla, el robo a personas disminuyó 1%.
El coronel Fausto Salinas, comandante de la Zona 5, señala que en este delito se ha reconocido que se roban motos sin identificación para luego cometer otros delitos. “Está ligado: más motos sin identificación, más motos para usar en delitos”. En este sentido, afirmó que se están ejecutando estrategias para el control con la Comisión de Tránsito del Ecuador. Por ello, hay operativos de control al ser considerado un punto crítico. La moto es el vehículo más usado para trasladarse a las zonas productivas o a las mineras.
También se prevé que el Concejo Cantonal local apruebe pronto una ordenanza que prohíba que dos hombres circulen en una motocicleta.
El Municipio de Naranjal habilitó una nueva área para la disposición de la basura que se produce en el cantón. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
El comerciante Andrés Peña, quien trabaja en la avenida Emilio González, agrega que la Municipalidad debe colaborar con la Policía. Pero también -dice- debe iniciar los trabajos para dotar de servicios básicos eficientes y mejorar el mobiliario urbano. “Naranjal necesita una nueva carita”.
René Inga, director de Planificación del Municipio, reconoce que hay deficiencias que no se han solucionado en los últimos 10 años. La actual administración ejecuta los primeros pasos para la planificación de Naranjal.
En los 100 primeros días se elaboró una planificación estratégica para “aterrizar” el plan de campaña. “Se busca proyectar a la ciudad para los próximos 15 años”, añade Inga.
El Concejo Cantonal aprobó en agosto el plan de inversión municipal por un monto de USD 3,8 millones. Ahí se consideran los estudios para 62 proyectos de desarrollo.
El 18% del valor corresponde a movilidad y regeneración urbana. También los estudios de factibilidad para el nuevo parque central, palacio municipal, la terminal terrestre y el nuevo camal municipal.
Además, están los estudios para la dotación del servicio de agua potable para las cabeceras parroquiales Taura, San Carlos, Jesús María. Mientras tanto, el agua para Santa Rosa de Flandes y para la cabecera cantonal no está contemplada, porque ya se ejecuta un convenio con el Banco de Desarrollo del Ecuador, para financiar la construcción de la primera fase del sistema de agua potable, por USD 14,3 millones.