La mañana de ayer se realizó en la Corte de Justicia de Guayaquil una audiencia de formulación de cargos. Era contra seis sospechosos, dentro de la indagación previa por el decomiso de un cargamento de droga hallada en lomos de atún, en abril pasado, en el Puerto de Guayaquil. En esa diligencia estuvo presente, en calidad de observador, el fiscal Galo Chiriboga.
Dentro del proceso se indaga la presunta participación de empresarios de Manta –dos de ellos de origen español- en el empacado e intento de envío hacia el puerto de Valencia (España), de lomos de atún congelado impregnados con 795 kilos de cocaína.
La droga fue decomisada por la Policía el pasado 2 de abril, en contenedores en el Puerto de Guayaquil, pertenecientes a una empacadora de atún afincada en la ciudad de Manta, en Manabí.
Según la Fiscalía Antinarcóticos del Guayas, la firma sería de propiedad del español residente en Ecuador Francisco Javier C. Este, según las investigaciones, habría intentado concretar el envío hacia sus contactos en España.
En el operativo antinarcóticos también se allanaron dos empacadoras de atún y un departamento, presumiblemente de propiedad del extranjero.
El caso recayó el pasado 19 de julio en el despacho de la fiscal Mónica Rivera. Se trata de un proceso de 20 cuerpos, con 2 079 hojas. Ayer, la Fiscal solicitó el encausamiento de cinco de los seis sospechosos. Se trata de los españoles Francisco C., Servando C. R. , y los ecuatorianos Carlos Alberto C., María Fernanda M. Ana María D., y José Valentín L.
“De los seis procesados, con uno de ellos he asumido la responsabilidad de abstenerme de acusar, porque no hay un vínculo real entre el hallazgo de la droga y su participación”, dijo Rivera.
La Fiscal recalcó que uno de los españoles vinculados al caso era buscado por la Policía portuguesa, y tenía una orden internacional de detención.
Aquello llamó la atención ayer al Fiscal General, quien durante toda la diligencia escuchó y subrayó copias del proceso, en silencio y detrás de la fiscal actuante.
“Sin embargo, ese ciudadano español ingresó al país y tenía visa de residente. Por lo tanto, voy a disponer una profunda investigación de cómo obtuvieron estos ciudadanos su residencia en Ecuador”, dijo Chiriboga.
El fiscal Chiriboga, quien llegó acompañado solo de dos secretarios y un asesor, se retiró del Juzgado V de Garantías Penales de la Corte de Guayaquil, donde se realizó la diligencia, poco después de las 12:00.
Fallas en la Sala de Sorteos
El fiscal Chiriboga dijo ayer sentirse inconforme con las condiciones en que se desarrollan las diligencias y las falencias físicas en la Corte de Guayaquil. “Conocemos que el sistema en la Sala de Sorteos colapsó. Es un problema que ojalá mejore el Consejo Transitorio de la Judicatura”.
En la oficina de Sorteos de Segunda Instancia, ubicada en el quinto piso de la Corte de Justicia de Guayaquil, había ayer más de 300 casos acumulados. Los folios se represaron por una falla en el sistema informático que duró 10 días. Recién la tarde del lunes el problema fue resuelto.
Cada vez que sube un proceso desde los juzgados penales hacia esta oficina se los sortea a una de las tres salas provinciales. Tres escritorios de madera estaban ayer copados con los juicios.
A diario se sortean entre 50 y 100 casos en esa oficina. Cuando llega un nuevo proceso, los funcionarios revisan que las carátulas tengan los datos legibles y completos (número de cuerpo, querellados, querellantes…) que las fojas no estén desordenadas y que las carpetas estén cosidas.
Después viene el sorteo, donde el programa selecciona, de modo aleatorio, la nueva sala en la que recaerá el juicio. “Así no se puede calcular a qué jueces les tocará el caso”, contó Isabel Rodríguez, encargada de ese procedimiento.
Otras quejas
El fiscal Chiriboga se molestó ayer por la estrechez del despacho del Juzgado V de Garantías Penales. La diligencia estuvo a cargo del juez temporal José Tamayo.
Frente a presuntas quejas de fiscales del Guayas, Chiriboga dijo: “Si hay gente que no está de acuerdo con mi trabajo, su opción es retirarse”.