En octubre del año pasado, el antropólogo Ramón Mujica asumió la Dirección de la Biblioteca Nacional de Perú (BNP). A partir de entonces, esta designación trajo consigo una polémica que ha alcanzado los titulares de la prensa peruana: la falta de sistemas de seguridad en la institución ha ocasionado la desaparición de alrededor de 2 000 libros y manuscritos “entre ellos, un incunable de Erasmo de Rotterdam de 1524”, como señala una nota publicada en la última edición dominical del diario El Comercio de Perú.
En febrero del presente año, la extraña desaparición de libros obligó a la BNP a cerrar por 90 días. En esa ocasión, Mujica emitió un boletín de prensa en el que indica que “se realizará un inventario exhaustivo para acopiar información precisa, consistente y confiable sobre los bienes culturales antiguos y valiosos que forman parte de su acervo documental y bibliográfico”.
El informe del primer inventario, presentado en julio, lanzó una cifra de 932 los libros históricos sustraídos del Fondo de Antigüedad y Máximo Valor; otros 1 000 están siendo buscados en el lugar.