Para los profesionales y estudiantes de arquitectura es como la Biblia de piedra del diseño de viviendas. Para los ecologistas, en cambio, es uno de los mejores ejemplos que existen de la fusión armónica entre el entono natural y la obra del ser humano.
Para muchos expertos en arte, la Residencia Kaufmann, más conocida como la ‘Casa de la Cascada’, es la casa más bonita que se ha construido a través de los tiempos.
Como explica José F. Leal en una nota del diario El Mundo de Madrid, “dicen que es la mejor casa jamás diseñada. Surgió de las manos y el ingenio de Frank Lloyd Wright (Oak Park, Illinois, 1867-1959), un arquitecto que superó a todos sus contemporáneos, en 1936, el mismo año que, en Madrid, la aviación golpista bombardeaba la Casa de las Flores, de Secundino Zuazo, ícono de la arquitectura residencial española”.
Por eso, el pasado 17 de septiembre, la Fundación Lloyd Wright celebró los 75 años de construcción de la vivienda con una gala que costó USD 400 la entrada.
Como afirma el portal plataformaarquitectura.com, el valor Falllingwater House en la arquitectura mundial es indiscutible, ya que Frank Lloyd Wright -su creador- logró plasmar en esta obra una manera brillante de consolidar la fusión entre arquitectura y naturaleza. En la casa se logra una armonía entre la combinación del bosque, río y roca, que se transforman en los mismos elementos de la construcción. La casa se construye sobre una cascada de un arroyo, donde se van despegando volúmenes voladizos.
La fallingwater House sigue en vigencia
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La Residencia Kauffmann o Fallingwater House está situada a 80 km al sureste de Pittsburgh, estado de Pennsylvania, Estados Unidos.
La nota de José F. Leal para El Mundo de España dice que quienes la han visitado aseguran que se cumple el objetivo del autor, quien “ pretendía que el ruido del agua invadiera toda la casa. También la fusión entre arquitectura y naturaleza, su mayor logro”.
Wright construyó la residencia de los Kauffman sobre una cascada del Bear Run, un arroyo que recorre los montes Apalaches en el modesto condado de Fayette.
Antes de desplegar los voladizos de cemento sobre el curso del río, continúa Leal, el arquitecto pidió a una empresa de topografía que analizara el terreno, sus rocas, el desnivel, el subsuelo, las plantas y terminó convenciendo a los dueños, cuyas numerosas recomendaciones incorporó al proyecto, como puede observarse en la web de la casa museo (www.wright-house.com).
La construcción original de 1936 tuvo una inversión de USD 155 000, incluidos el mobiliario y los equipamientos.
La rehabilitación, que se llevó a cabo en el 2002, demandó de un egreso de USD 11,5 millones.
En enero de 1938, la revista Time dedicó su portada a Lloyd Wright y definió la casa, recién terminada, como su “trabajo más atractivo”. En 1991, los miembros del American Institute of Architects declararon la casa como “la mejor obra de arquitectura norteamericana de todos los tiempos”. Hace dos años apenas, la elitista Smithsonian Magazine la incluyó entre la selección de los “28 lugares que hay que visitar antes de morir”, según El Mundo.
¿Cuánto cobró por ese trabajo el arquitecto estadounidense? Los honorarios de Lloyd Wright ascendieron a USD 8 000.
Cuando el matrimonio Kauffmann murió, el hijo vendió la mansión a la Fundación Frank Lloyd Wright por no poder financiar su mantenimiento y preservación. La Fundación se encarga de su mantenimiento, rehabilitación y promoción.