En la cinta, la existencia de una presencia extraterrenal se traduce en una serie de fenómenos que coinciden con la evidencia de casos en la vida real. Foto: Captura de pantalla
En la cinematografía de América Latina, el terror es un terreno poco explorado. Esa fue una de las primeras razones que llevaron al director Daniel Rodríguez a incursionar en este género.
Pero lo que terminó por convencerle fue la idea de trabajar una historia de la mano de un verdadero exorcista. La propuesta llegó desde Miedo Entertainment, una productora peruana que debuta en el mercado internacional con el filme ‘No estamos solos’
Así fue como el cineasta peruano se integró a la producción de esta obra, su tercer largometraje y el primero por encargo y en el género del terror.
El filme, en cartelera desde el 4 de marzo, cuenta la historia de una pareja y sus dos hijos que se muda a una casa a las afueras de Lima, donde la más pequeña de la familia siente que es acechada por una extraña presencia.
Mientras el acoso se hace cada vez más violento y perturbador, la familia busca la ayuda de un sacerdote exorcista que aceptará el caso sin imaginar las consecuencias.
Una línea argumental que ha sido abordada con cierta regularidad en el cine de Hollywood y que posiblemente genere una sensación de familiaridad en el espectador a partir de las referencias a otras populares películas del género.
Guiños a ‘Los otros’, ‘El conjuro’, ‘Poltergaist’ o ‘El exorcista’ se presentan a lo largo de una película como un requerimiento de la producción pero también como una especie de homenaje, que el director aceptó incluir bajo dos condiciones: que las citas se realicen de manera “elegante” y que estuvieran “integradas” a la historia.
Otro de los requerimientos de la producción fue que la cinta fuera atemporal, sin insertarse en un contexto histórico determinado y con el uso mínimo de localismos para que pueda funcionar comercialmente en el mercado internacional.
“La película no intenta ser la más original del mundo sino ser la carta de presentación para una compañía que va a producir muchas películas de terror”, dice el director quien además recalca la importancia del cine de autor como expresión artística personal pero también la oportunidad de visibilización en el mercado internacional que ofrecen las producciones comerciales de la cinematografía latinoamericana.
Video: YouTube, cuenta Miedo Entertainment
Así, emparentada con las convenciones del cine de Hollywood, la cinta se convirtió en un producto con una buena recepción en los cines peruanos donde alcanzó 250 000 espectadores en las tres primeras semanas de proyección. Un éxito que espera repetir en Bolivia, Ecuador, Colombia y México.
Para el director uno de los atractivos de la película está en su producción. Un trabajo que se desarrolló en conjunto con Félix Rivera, un reputado investigador paranormal y monseñor Andrés Tirado, fundador del ministerio de católicos independientes conocida como la Congregación Sacerdotal Internacional.
Tirado aceptó ser parte del proyecto entusiasmado por el proceso investigativo con el que se trabajaba la cinta. Durante la producción, el clérigo trabajó con productores, director y actores.
El sacerdote, quien ve en el cine un efectivo canal de comunicación a través del cual se puede provocar una reflexión espiritual, habla de las posesiones como un fenómeno real pero aún ajeno a una explicación racional y científica.
Con experiencia en varios casos de posesión, Tirado asegura que “en el caso de los exorcismos la realidad supera ampliamente la ficción”. Tirado explica que la posición oficial de la Iglesia católica sobre las posesiones es que “la fuerza del mal existe”.
En la cinta, la existencia de una presencia extraterrenal se traduce en una serie de fenómenos que, según Tirado, coinciden con la evidencia de casos en la vida real.
En la cinta, la representación de la historia está a cargo de Marco Zunino, un actor que proviene de la comedia y el musical, Fiorella Díaz, quien asume el reto de una doble representación.
También están los niños Matías Raygada y Zoe Arévalo, quienes fueron seleccionados en un ‘casting’ al que acudieron alrededor de unos 400 aspirantes. De los pequeños y novatos actores, Rodríguez destaca su versatilidad durante el rodaje que duró 30 días.
Otra idea que sedujo al director fue el hecho de que a través del cine de terror el espectador es capaz de satisfacer una especie de instinto sadomasoquista, pero de una forma confortable, con golosinas y bebidas incluidas.
Rodríguez define el miedo como “el clímax del suspenso”, es decir que se presenta como el resultado de un proceso que no tiene que ver con el golpe de efecto. Asegura además que no es necesario creer en el mal para filmar una película de terror pero que es mejor creer que sí existe para obtener un buen resultado.
Teniendo en cuenta que una película está hecha para entretener, el proyecto atravesó un dilema entre la visión de los productores y la del director en cuanto al sentido que pretendía transmitir la película, que generalmente se expresa en la resolución de la historia.
Por una parte, dice Rodríguez, había la idea de que sin importar lo que se haga, el mal siempre triunfará y por otro lado se planteaba la idea de que se puede ganar una batalla al mal pero este siempre permanecerá latente.
Dos ideas válidas que finalmente fueron producidas y que se derivaron en una película con dos finales distintos, uno para la versión cine y otro para el DVD, que aún no tiene fecha de lanzamiento.
Mientras tanto, en abril Rodríguez filmará una nueva película bajo el título ‘Siete semillas’, basada en el libro ‘El secreto de las siete semillas’, de David Fischman, con Javier Cámara y Carlos Alcántara como protagonistas. Luego vendrá ‘El vientre 2’, la secuela de su primera producción de suspenso.