El presidente panameño, Ricardo Martinelli, calificó hoy (7 de marzo del 2014) de “inmaduro” a su colega venezolano, Nicolás Maduro, quien lo describió como un “lacayo rastrero” de quienes persiguen la injerencia externa en Venezuela.
Durante un recorrido por obras públicas en la capital panameña, Martinelli dijo que no contestará ningún comentario soez y vulgar de Maduro, quien el miércoles rompió las relaciones diplomáticas y polÃticas con Panamá y dispuso el congelamiento de los vÃnculos comerciales y económicos entre ambos paÃses.
Maduro fustigó a su colega centroamericano por promover una reunión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para discutir acciones hemisféricas relacionadas con la violencia entre oficialistas y opositores en Venezuela.
El presidente panameño negó ser parte de una conspiración y lamentó que Venezuela no haya cancelado la deuda de más de USD 1 200 millones que mantiene con empresarios de la Zona Libre de Colón (ZLC), en la caribeña ciudad del mismo nombre.
La suspensión del pago de la deuda por parte de Venezuela podrÃa afectar a la compañÃa Copa Airlines, de bandera panameña.
No obstante, ejecutivos de la empresa emitieron este viernes un comunicado para señalar que “las operaciones y vuelos comerciales entre Panamá y Venezuela se mantienen con normalidad”.
“No puedo pensar que un paÃs tan rico como Venezuela, como productor de petróleo, tenga tanto desgreño administrativo que no pueda pagar las cuentas a los panameños”, insistió Martinelli.
Al respecto, el ministro de Exteriores de Venezuela, ElÃas Jaua, anunció el jueves que la revisión de la deuda pendiente con Panamá ha quedado suspendida tras la ruptura de relaciones diplomáticas decidida el miércoles por Caracas.
“Queda suspendida la revisión de esa deuda, hasta tanto en Panamá no haya un gobierno serio que respete las relaciones que deben tenerse de respeto mutuo”, comentó Jaua.
El Canciller lanzó dudas sobre la legitimidad de la deuda con exportadores panameños al afirmar que la relación comercial que mantienen venezolanos con empresarios panameños “se genera dentro de un espacio de corruptela absoluta”.