Andrés Gómez Santos, el famoso ‘zurdo de oro’, el extenista que paseó su juego por las canchas del mundo, sigue activo como la primera vez que ingresó a jugar este deporte.
Ahora lo hace desde otra vereda, pero con la misma pasión que le ha puesto al tenis desde que era un niño. Organiza anualmente el ‘Gogo week’, que es un campeonato dedicado exclusivamente a niños y jóvenes, entre los 6 y 18 años.
El ‘zurdo de oro’, apelativo a su dorada etapa tenística, sueña con encontrar nuevos talentos a través de torneos que impulsa y también de una academia privada que tiene con Raúl Viver.
Su misión y visión es impulsar el tenis desde las etapas infantiles, nutrirlos de conocimientos y competencias, para que después se proyecten al profesionalismo.
Andrés Gómez ha sido el tenista más exitoso del Ecuador, en el profesionalismo, designación que la comparte con Pancho Segura, que triunfó en el amateurismo.
El ‘zurdo’ celebrará 30 años de haber ganado el Roland Garros, el 10 de junio, un trofeo que lo convirtió en el cuarto mejor tenista del mundo en 1990. Ese título hizo justicia a su perseverancia de una carrera que la empezó en 1979.
Gómez fue un fuera de serie, un sudamericano que irrumpió con su estilo agresivo de juego, en un circuito mundial que siempre ha sido dominado por estadounidenses y europeos.
Ese 1990 fue glorioso para el tenis ecuatoriano, para el deporte del país en general, que en esa época era carente de noticias positivas.
Andrés Gómez ganó 54 títulos profesionales, de los cuales 21 fueron individuales y 33 en dobles. Tres de esos son Grand Slam.
Ahora a sus 63 años sigue activo como organizador de campeonatos infanto-juveniles, en el que se reúnen más de 200 niños y jóvenes.
Es necesario mirar lo que hace Andrés Gómez y proyectarlo a otras actividades, en la que las autoridades del deporte están en la obligación de encontrar planes de desarrollo para beneficio del país.
Y, sobre todo, hay que rendirle un homenaje a la exitosa carrera que tuvo Gómez en el tenis profesional, porque la memoria es frágil. Además, hay que mostrarles a las nuevas generaciones esa linda historia del tenista que jugó 85 finales profesionales.
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