El delantero Nicolás Anelka fue expulsado ayer del equipo francés por insultar al técnico Raymond Domenech y negarse a pedir disculpas, informó la Federación Francesa de Fútbol (FFF).
El delantero insultó al entrenador de forma grosera en el entretiempo de la caída francesa por 2-0 ante México, luego de que Domenech criticó la actitud del jugador en la cancha. “Los comentarios realizados por Nicolás Anelka son totalmente inaceptables y era normal que nosotros tomáramos esta decisión”, dijo el presidente de la (FFF), Jean-Pierre Escalettes.
El hecho de que las groseras palabras de Anelka estuvieran publicadas ayer en primera plana del periódico deportivo francés L’Equipe no fue la razón de la resolución.
El jugador se negó a disculparse, añadió el presidente de la FFF. El jugador reaccionó diciendo que tuvo un intercambio de palabras con Domenech pero negó que fueran los insultos que le atribuyó el diario.
“Sí tuve una acalorada conversación con el entrenador en la privacidad del vestuario, entre el técnico y yo, frente a mis compañeros y los miembros del equipo. Nunca debería haber salido de allí”, añadió el futbolista.
El capitán de Francia, Patrice Evra, dijo que lo lamentaba por Anelka, quien estaba jugando su primer Mundial por los ganadores de 1998 y subcampeones de 2006, y que se perdió un chance de mostrar su talento.
Evra lamentó que L’Equipe haya publicado las palabras de Anelka, y también que alguien dentro del equipo haya informado al periódico sobre lo que el jugador dijo. “El problema no es Anelka, es el traidor entre nosotros, que dijo a la prensa lo que pasó”.
Domenech igualmente había mantenido su confianza en Anelka y dejó a Thierry Henry, máximo goleador histórico de Francia, con 51 tantos en 122 partidos, fuera de la formación inicial en los dos cotejos que el equipo lleva jugados. Con los insultos a Domenech, Anelka emuló al ex niño terrible francés Eric Cantona, quien llamó “cabrón” al entrenador nacional Henri Michel en 1988 y como resultado no jugó por Francia durante meses.
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, al ser consultado dijo que “si las palabras que salieron en la prensa son ciertas, son inaceptables”.