Las aves son las víctimas más comunes del comercio ilegal. Un águila fue atendida en el zoológico de Quito. Foto: cortesía Zoológico de Quito en Guayallabamba
Aunque las pitones bola son originarias de África tropical, tres de estas serpientes cruzaron el planeta y llegaron al zoológico de Quito en Guayllabamba en el 2020. Junto con corales, monos, aves rapaces, tortugas y loros, estos animales fueron víctimas del tráfico, durante el año pasado, en diversas localidades del país.
A pesar de la pandemia, el comercio ilegal de fauna no se ha detenido en la región. Un estudio de la iniciativa regional Alianza por la Fauna Silvestre y los Bosques, financiada por la Unión Europea y Wildlife Conservation Society (WCS), revela que, durante el segundo semestre del 2020, animales de 197 especies fueron decomisados en Ecuador, Perú, Colombia y Bolivia.
Julia Salvador, coordinadora del Programa para combatir el tráfico de vida silvestre de WCS Ecuador, explica que, para obtener estos datos, un equipo de especialistas recopiló la información de las 280 noticias halladas sobre decomisos de especímenes vivos y muertos en la región.
El reporte demuestra que un 41% de las especies decomisadas fueron aves. Salvador dice que el comercio ilegal de estos animales es común en América Latina, sobre todo de loros y guacamayos. Las personas los compran y los tienen como mascotas debido a su plumaje colorido y a su capacidad de repetir las palabras.
El 31% de las especies halladas en las notas de prensa fue de mamíferos. En este grupo se destacan los monos y los osos perezosos. Por otro lado, los reptiles representaron el 20% de la fauna decomisada.
El tráfico de tortugas es una tendencia en estos países, dice la especialista de WCS. Estas no son utilizadas solo como mascotas, sino que sus huevos, especialmente los de las charapas, son vendidos como alimento para comidas exóticas.
Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito en Guayllabamba, coincide en que estos reptiles son víctimas frecuentes del tráfico. Tras la llegada de dos crías, extraídas de la Costa, el centro emprendió una campaña para difundir el mensaje de que las tortugas no son mascotas. A raíz de esto, varias personas se acercaron al zoológico para entregar a sus animales con la intención de que vuelvan a su hábitat.
Otro de los fenómenos que Bustamante percibió durante este 2020 fue la llegada de animales no convencionales. Las tres pitones, por ejemplo, fueron encontradas en un bus que llegó desde Colombia. Se cree que iban a ser vendidas en tiendas de mascotas o mediante redes sociales.
Los especialistas del zoológico atendieron a 50 ejemplares exóticos, incluyendo a las pitones, corales marinos y tortugas de orejas rojas, y a 149 especímenes de fauna silvestre.
Según la Unidad de Protección del Medio Ambiente de la Policía Nacional, durante el año pasado se retuvieron
4 645 animales silvestres.