Tecnología NFC es más efectiva en la pandemia

Los teléfonos con tecnología NFC deben estar a menos de 20 cm de los terminales para realizar los pagos sin necesidad de tocar otras superficies. Foto: Ingimage

Una de las tecnologías que tiene más acogida en tiempo de pandemia y distanciamiento es la comunicación de campo cercano (NFC, por sus siglas en inglés).
Esta tiene múltiples ventajas y usos. Sirve para activar accesos sin tocar mangos de puertas; para pagar sin entregar ni recibir de vuelta dinero en efectivo o tarjetas; para sincronizar un teléfono con un computador personal o con parlantes. Esta tecnología, además, no necesita emparejar primero los dispositivos, como hace el estándar Bluetooth.
Hugo Carrión, experto en telecomunicaciones, recuerda que es una tecnología inalámbrica desarrollada hace más de 10 años, minimizada en muchas partes, casi sin uso en nuestro país y en Latinoamérica en general. Dice que en Europa es muy común para hacer micropagos.
Hoy, cuando el distanciamiento físico es clave, este tipo de tecnología se avizora importante. Carrión precisa que se trata de activar un terminal de datos sin tocarlo, sea una puerta que queremos abrir o un dispositivo de pago.
Fabián Ramos, experto en redes, puntualiza que esta tecnología inalámbrica es una radiofrecuencia que funciona en la banda de los 13,56 megahertzios, una banda que no requiere licencia de uso. Mientras tanto, Andrés Reyes, experto en telecomunicaciones, recuerda que al principio los chips y antenas de NFC eran muy grandes, ahora en cambio caben en una tarjeta de crédito.
La tasa de transferencia de NFC puede alcanzar una velocidad de 424 kbit/s, por lo que su enfoque más que para la transmisión de grandes cantidades de datos es para comunicación instantánea.
Como contrapartida, el alcance de la tecnología NFC es muy reducido, pues se mueve como máximo en un rango de 20 centímetros.
Esta plataforma puede funcionar en dos modos. Uno es activo, cuando ambos equipos con chip NFC generan un campo electromagnético e intercambian datos; o puede ser pasivo, en el que solo hay un dispositivo activo y el otro aprovecha ese campo para intercambiar la información.
La activación de dispositivos o el pago de cuentas son posibles con un teléfono inteligente o una tarjeta equipada con un chip especial.
Activar la NFC en un ‘smartphone’ depende del sistema operativo de este. En Android, por lo general, es una tarea sencilla, porque dependiendo del fabricante bastará con pulsar en la opción NFC del menú de notificaciones.
En otras versiones de Android, en cambio, será necesario seguir la ruta: Ajustes> Conexiones inalámbricas> Más, para llegar a la opción que permitirá activar esta tecnología.
Se puede recurrir también a aplicaciones. Una de las más sencillas es NFC Check, que una vez abierta indicará automáticamente si el teléfono móvil tiene NFC y si está activada.
Hugo Carrión ve como inconveniente que prácticamente todos los teléfonos inteligentes tienen incorporados WiFi, Bluetooth, GPS, etc., pero no todos los equipos vienen con NFC, solo los de alta gama.
Para el sistema operativo iOS, desde el iPhone 7 en adelante se puede instalar la aplicación para contar con NFC, en cambio desde el iPhone XS en adelante está incorporada.
Sobre el tema de la seguridad de NFC, Fabián Ramos dice que dado que se trata de una comunicación por radiofrecuencia, la lectura no deseada de nuestra transmisión por un extraño es una posibilidad que existe. Para ventaja y protección de los usuarios, este estándar opera a poca distancia.
En torno a la vulnerabilidad de esta herramienta, Carrión considera que tenerla en un teléfono inteligente es más seguro que en una tarjeta, porque esos dispositivos requieren ser abiertos primero para llegar a NFC, y tienen una clave, reconocimiento facial o dactilar, etc. Además, dice que es una ventaja que no se manejen montos altos de pago.
Si bien otra inquietud es si es más vulnerable la persona que lleva una tarjeta con chip en el bolsillo, en la actualidad varias marcas de billeteras y carteras ya tienen incorporados sistemas magnéticos inhibidores para el robo de datos.