¿Está de acuerdo con que su hijo vuelva a clases presenciales en escuelas y colegios?

Imagen referencial. Padres de familia reciben encuestas sobre el retorno a clases presenciales de sus hijos. Foto: NeedPix.

Quito registra 55 379 casos de covid-19. Y Pichincha concentra el 35% de contagiados del país, hasta este jueves 5 de noviembre del 2020. Sin embargo, en varios hogares se discute en torno a la posibilidad de que los niños y adolescentes vuelvan a clases presenciales. ¿Usted estaría de acuerdo en enviar a su hijo o hija al colegio, algunos días de la semana, con medidas de bioseguridad, en medio de la pandemia?
Desde hace algunas semanas, padres de familia de planteles particulares reciben, vía 'e-mail', una encuesta. ¿Su hijo volverá a clases presenciales cuando se haya terminado la pandemia? ¿Cuando exista vacuna? ¿Estaría dispuesto a que vuelva a clases presenciales, de forma alternada, es decir dos días a la semana en enero o en el segundo quimestre? Esas preguntas deben resolver los representantes de los alumnos. También cuestiones relacionadas con las horas que permanecerían en la institución: jornada completa, media jornada, con recreo o sin recreo; si requerirán transporte escolar.
El Ministerio ha pedido que cada centro cuente con un Plan Institucional de Continuidad Educativa (PICE), para estar listos para un posible regreso progresivo o escalonado según se comporte la curva de contagio de este coronavirus en cada localidad y en función del cumplimiento de condiciones mínimas. Todo PICE es evaluado por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal y nacional, que debe aprobarlo.
En la fase dos, 'Juntos Aprendemos y Nos Cuidamos', ya no solo se pueden recibir clases de forma telemática, hay otra opción. Para ello, el Ministerio plantea el retorno de personal docente y directivo a las instalaciones de los planteles, luego un reencuentro progresivo de estudiantes en los colegios. Algunos centros particulares de la capital ya pusieron en marcha sus planes piloto. Un grupo reducido de alumnos volvió a la escuela y otro continúa recibiendo clases a través de plataformas como Zoom, Hangsout, Teams.
La ministra Monserrat Creamer ha repetido que los planteles deben garantizar el acceso a la educación de cada uno de sus alumnos. No es obligatorio que todo el alumnado vuelva al colegio, esa es una decisión de los padres de familia, que deberán valorar si constituyen población de riesgo para el contagio de covid-19, si no quieren exponerse, etc.
"La vuelta al trabajo presencial presiona a los padres. Algunos por ejemplo tienen hijos de 3 años y medio, que ingresaron a educación inicial y es imposible dejarlos solos en casa, para que se conecten a las plataformas. Para esos padres es complicado, nos dicen que tienen que contratar a una persona para que los cuide y además pagar la pensión del colegio", dice Vinicio Aldaz, quien es vocero de la Corporación Ecuatoriana por la Calidad de la Educación (Corpeducar), que agrupa a planteles como el Einstein, Letort, Sek, América Latina, Martim Cereré, Liceo Internacional, entre otros.
Hasta el momento, encuestas realizadas en algunos de los planteles que integran Corpeducar muestran -señala- que alrededor del 40% estaría interesado en que sus hijos regresen a clases presenciales; el 60% restante lo integran padres que no quieren una vuelta a clases en medio de la pandemia y al grupo de indecisos.
"Hemos formado comités (como se solicita desde el Ministerio, para elaborar el PICE) con padres, alumnos, docentes y directivos. Estamos revisando aristas de seguridad, para que los padres puedan tomar la decisión. Nuestros colegios buscan brindar todas las garantías. Además se mantendrán las clases virtuales, para quienes no quieran volver a lo presencial; tenemos la obligación de brindarles el servicio a todos, estamos analizando las mejores alternativas".
José es padre de dos niños, de 6 y 12 años, que estudian en diferentes planteles educativos privados. Ambos tienen clases vía Zoom y se han adaptado a las clases virtuales; considera que los colegios se han organizado de la mejor manera.
"A mi esposa le gustaría que vuelvan un par de días a la semana a lo presencial. Pero yo realmente no estoy de acuerdo, no creo que en especial el más pequeño esté pendiente de llevar bien puesta la mascarilla. Veo las cifras de contagiados en Pichincha y me parece que la situación sigue compleja. Abrir las escuelas implicará tener más riesgo de que el virus se disemine".
José aún está teletrabajando, pero su esposa acude dos días de la semana a la oficina. Él se encarga de vigilar cómo le va a sus hijos en las clases virtuales, está pendiente, ya que se encuentra en casa. Si su empresa decidiera que vuelva al trabajo presencial, cree, su suegra los ayudaría pero ella vive en otra casa y tendrían que pensar en un transporte seguro.
Jéssica tiene un hijo de 15 años. Ella y su esposo han decidido que su hijo terminará el año lectivo 2020-2021 en casa, no quieren que se exponga en clases presenciales. No son población vulnerable, pero les parece que no se conoce todo del SARS-CoV-2, por lo que es mejor prevenir. "Es adolescente, se comunica por Zoom y juega en línea con sus amigos".
Elena tiene un hijo de 12, tampoco le han pedido llenar la encuesta ni le han consultado su opinión en torno a la vuelta a clases presenciales de modo escalonado.
Ella está teletrabajando, desde antes de la pandemia. Su hijo tiene una enfermedad congénita. Prefiere que retome las clases presenciales cuando haya una vacuna. "No sabemos cómo reaccionaría el virus en su organismo. Además es mil veces mejor que no se exponga. Incluso algunos niños o adolescentes podrían contagiarse y no presentar síntomas (asintomáticos) y llevar el virus a sus abuelos o padres. Hay que pensar bien, antes de decidir".
Uno de los planteles educativos privados, que empezó clases presenciales en la última semana de septiembre, activó su plan de contingencia cuando el padre de dos de sus estudiantes dio positivo para covid. Según Educación, los dos estudiantes y profesores de los dos grados volvieron a sus casas.
Los padres consultados consideran que hay una cadena de personas, con las que se contactan sus hijos en el plantel. No solo son las familias de sus compañeros de aula sino los profesores, directivos, personal de limpieza, guardias de seguridad, etc. Algunos dicen que podrían llevar a sus hijos en transporte propio, pero no saben si el resto podría hacerlo.




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