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Juez de Azogues ordenó al MSP la derivación internacional y cobertura de gastos médicos de niño que padece de retinoblastoma

La decisión del juez es de cumplimento inmediato y obliga al Ministerio de Salud  Pública a asumir el tratamiento médico que recibe Paúl, un pequeño que fue diagnosticado con retinoblastoma bilateral, en Colombia. Foto: Twitter/ @PaulitoMiradaAC.

La decisión del juez es de cumplimento inmediato y obliga al Ministerio de Salud Pública a asumir el tratamiento médico que recibe Paúl, un pequeño que fue diagnosticado con retinoblastoma bilateral, en Colombia. Foto: Twitter/ @PaulitoMiradaAC.

La decisión del juez es de cumplimento inmediato y obliga al Ministerio de Salud Pública a asumir el tratamiento médico que recibe Paúl, un pequeño que fue diagnosticado con retinoblastoma bilateral, en Colombia. Foto: Twitter/ @PaulitoMiradaAC.

La audiencia duró más de seis horas este jueves 30 de mayo del 2019. Al final, el juez de la Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia de Azogues, Marco Vinicio Castro, acogió la acción de protección y ordenó al Ministerio de Salud Pública (MSP) la derivación internacional del niño Paúl y cubrir todos los gastos médicos.

La acción constitucional fue planteada –hace dos semanas- por Paúl Bonete y María Luisa Morocho, padres del niño de dos años, oriundo del cantón Azogues, provincia del Cañar, porque el MSP le negó la transferencia a otro país para que reciba un tratamiento médico especial que no se aplica en este país.

Paúl padece de retinoblastoma bilateral, un tipo de cáncer que se desarrolla en los tejidos de la retina, y en su caso en los dos ojos. Esta enfermedad le fue diagnosticada en el hospital José Carrasco Arteaga de Cuenca, en enero del 2019.

De allí fue derivado a Solca y el examen de fondo de ojo determinó que el tumor en el ojo izquierdo estaba avanzado, había hecho contacto con el nervio óptico y era imposible tratarlo. El 4 de febrero los especialistas de esta casa de salud le extirparon este órgano y recibió quimioterapia.

En el ojo derecho –en cambio- había dos tumores pequeños que los especialistas plantearon tratar con seis sesiones de radioterapia. Pero de acuerdo con las consultas médicas realizada a oncólogos por parte de los padres, este tratamiento es invasivo, dejaría al niño ciego de por vida y podía desarrollar otros tumores.

Según los padres, todos los especialistas coincidían en que el tratamiento apropiado para su hijo era con crioterapia y termoterapia simultáneas. Pero en ningún hospital del país se aplica la termoterapia y tampoco hay oftalmólogos-oncólogos ni equipos.

Ante esto, los Bonete-Morocho solicitaron al MSP la derivación de su hijo a otro país que disponga de ese tratamiento. “Imploramos por ese traslado porque no tenemos el dinero. Presentamos todos los informes médicos y al final nos negaron”, dijo Bonete en tono molesto.

El argumento del MSP fue que en el país sí se aplica la crioterapia, pero en el informe no hablan de la termoterapia. Además, que una derivación internacional tomaría un año. Desde entonces la familia ha vivido una especie de viacrucis.

Ante la angustia por el estado de salud del niño, los padres lo trasladaron por su cuenta hasta el Hospital Universitario San Vicente de Paúl, de Medellín, Colombia, donde aplican este tratamiento y manejan tarifas más bajas, en relación con otros países.

Para Morocho, esperar un año era demasiado tiempo porque los tumores seguían creciendo y corrían el riego de que al final le extraigan también el ojo derecho. Ellos encontraron ayuda en gente caritativa y con un crédito propio viajaron a Medellín, el 6 de marzo del 2019.

En la primera consulta el examen de fondo de ojo reveló que el niño tenía tres tumores y siembras vítreas (invasiones de células cancerígenas). Esto llevó a la oftalmóloga-oncóloga, María Elena González, a cargo de este caso, a replantear el tratamiento.

En la actualidad recibe sesiones de quimioterapias intravitrea e intra-arterial, crioterapia y termoterapia transpupilar con láser de ojo. Cada quimioterapia intra-arterial les cuesta USD 5 000 y recién lleva cinco de las 12 sesiones programadas. La intravitrea cuesta USD 2 000 y las otras dos USD 1 000 cada una.

Las últimas evaluaciones de los especialistas colombianos y los exámenes realizados han confirmado que -en este tiempo de tratamiento- la enfermedad está controlada en un 70%: se redujo el tamaño de los tumores y las siembras vítreas.

Pero el niño necesita seguir con el tratamiento para salvar su vida. Los padres relataron que, entre las terapias, exámenes especiales, chequeos, estadía, movilización y alimentación han gastado sobre los USD 50 000 y que ya no tienen de dónde sacar más dinero.

Cuando las lesiones estén calcificadas y las siembras vítreas desaparezcan podrán regresar a Ecuador. Pero de allí deberán continuar con los chequeos mensuales por un año y periódicos hasta que Paúl cumpla siete años, han dicho los especialistas.

Por todo eso demandaron al Estado –como garante de la salud y de los derechos de los niños, explicó Juan Carlos Salazar, abogado de la familia Bonete-Morocho. En la audiencia, los abogados del MSP argumentaron que no existía el informe de un retinólogo para determinar la factibilidad de la transferencia.

Tras los alegatos de las partes el juez Castro declaró que hubo violación del derecho. Con este dictamen, a partir de este jueves 30 de mayo del 2019, el MSP deberá asumir todo el tratamiento médico que recibe Paúl en Colombia.

También deberá cubrir con los gastos de estadía (pasajes aéreos, movilización alimentación y hospedaje) de un acompañante del niño durante su traslado y permanencia en Colombia. “Con esto mi niño podrá continuar con su tratamiento y salvarse”, dijo la madre.

El Estado puede apelar en un plazo de hasta tres días, pero eso no implicará esperar hasta que se emita la nueva sentencia, sino que la decisión de este jueves que es de cumplimiento inmediato dijo Salazar. Los abogados del MSP no mencionaron si apelarán.