¿Cómo educar contra la violencia de género desde casa?

La educación en contra de la violencia de género debe iniciar en el núcleo familiar. Foto: Freepik

El espacio familiar es el primer contacto que tiene el ser humano y el lugar adecuado donde se debe educar en contra de la violencia de género.

La identidad se forma y se construye junto con la familia. Lo indica la psicóloga Lorena Pillajo. Por ello, señala que no se debería quitar los ojos de ese entorno, que es el más cercano. Esto, debido a que es en donde están los cimientos para la conducta de los niños, niñas y adolescentes más adelante. 

La especialista señala que desde ahí se puede empezar a educar contra la violencia de género. Lo primero, dice, es revisar el entorno familiar e identificar, por ejemplo, si este tiene características machistas, patriarcales o si el binarismo de género es el que marca la dinámica familiar. 

La psicóloga recomienda que se hable sobre violencia para que los niños reconozcan que es toda acción que genere daño y puede ser física, psicológica o sexual. La comunicación, explica, se debe mantener de acuerdo con la edad de los niños para explicarles lo que es el daño hacia el otro. También sugiere que los chicos reconozcan a quienes pueden acudir para compartir alguna situación que aprendió y que no es correcta. 

Por su parte, la psicóloga Montserrat Gortaire dice que la única forma de educar contra la violencia de género es educando sin violencia. “Si educamos y corregimos a los niños con violencia estamos generándola en ellos. Esta también tiene que ver con la rigidez, la falta de respeto y de libertad en los niños”. 

Se crean estereotipos de género 

Desde antes de nacer, Pillajo sostiene que ya se clasifica por colores al género y se reconoce que lo delicado es lo adecuado para las mujeres y lo agresivo para los hombres. “Eso hay que olvidar y eliminar los estereotipos porque esto limita mucho y genera el choque de poderes sobre lo que es apto para cada uno”. 

Los estereotipos de género causan mucho daño a los niños y niñas, dice. Esto, debido a que los pequeños construyen su identidad entre los 2 y 5 años y muchas veces son violentados cuando desean incluirse a actividades que la sociedad ha determinado que no son adecuadas para un género.  

Por ejemplo, la especialista menciona a los niños juegan a la familia. “El niño, haciendo el papel de un papá es partícipe del cuidado hacia un bebé. Un adulto puede identificarlo como algo no adecuado porque dentro de los roles impuestos está que los niños no deberían jugar con muñecos o tener este instinto de cuidado”. 

La asignación de responsabilidades desde los 3 años también es importante, señala la psicóloga infantil Camila Pozo. Por ejemplo, recomienda que tanto niñas como niños aprendan a dejar su ropa en un lugar determinado o que ayuden a poner la mesa. Si ven que esas tareas solo se asignan a las niñas, en ellos se forma el concepto de que ellas son las que limpian, cocinan, etc., explica. 

Enseñar empatía y con el ejemplo 

Los padres deben tener en cuenta que los niños aprenden a través de la observación, indica Pozo. Por ello, señala que no se puede pedir a los niños que no griten si los adultos lo hacen. Asimismo, sostiene que si hay discusiones entre los papás se debe evitar que los niños vean acciones o actitudes violentas entre ellos. 

Además, la especialista señala que los pares deben estar atentos a los comportamientos de sus hijos para corregir. Por ejemplo, en el caso de que tengan tratos violentos hacia las niñas y respetuosos con los niños. “No se debe ignorar ni pasar por alto. Hay que transmitirles el mensaje de que el trato debe ser igual para ambos y que las mujeres tienen la misma capacidad que los niños”. 

Pozo también recomienda que se enseñe a los niños a empatizar con el género opuesto, con juegos y actividades que no los pongan a competir sino a formar equipos conjuntos. Asimismo, dice, es importante que los niños no sean indiferentes cuando ven algún acto de violencia contra las niñas. 

Por ejemplo, la psicóloga dice que, si un niño ve que empujan a una niña, sus padres deben preguntarle cómo podrían ayudarla. Lo mismo si al llegar a casa les cuenta a los papás que en la escuela molestan a una compañera. “Así les enseñamos a que no sean indiferentes ante situaciones de violencia y que pueden actuar para ayudar a las mujeres”. 

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