Gabriela Calvopiña, psicóloga clínica, aclaró varias dudas sobre el estrés que aparece en diciembre.
¿Qué es el estrés?
El estrés es una situación interna que se produce cuando una persona está ante una situación de peligro. A pesar de que la palabra es utilizada negativamente, en realidad se refiere a un mecanismo de adaptación, en el que el cuerpo experimenta una serie de reacciones fisiológicas ante los riesgos. Estas manifestaciones se presentan para responder más rápido a las amenazas externas. Por ejemplo, una persona ve a un perro que lo va a atacar, su organismo percibe ese estímulo y comienza a trabajar de tal manera que la empuja a correr. Sin embargo, el problema se da cuando se empiezan a producir estas funciones de defensa, en ausencia de un estímulo real o de un conflicto.
¿Cuáles pueden ser las causas del estrés?
El estrés se puede dar por conflictos emocionales, enfermedades graves de la persona o de los seres queridos, trastornos de ansiedad, exceso de trabajo, falta de descanso, entre otras razones. La exigencia del medio en el que se desenvuelve un individuo, en el que tiene que estar en varios lugares al mismo tiempo y un sinnúmero de preocupaciones influye, así como la falta de hábitos saludables y ejercicio.
Determinadas épocas del año, como la Navidad, ¿pueden influir en el incremento de niveles de estrés?
Sí. La publicidad, el marketing, en la época navideña está relacionada con las exigencias que el medio impone psicológicamente. Presentan la idea del mes del perdón, del rencuentro y de los regalos. Muchas personas ven esto como un ideal y muchas veces no logran cumplirlo. Es una propuesta enviada desde fuera que hace que el individuo entre en conflicto porque no puede hacer real esa concepción de conmemoración perfecta.
¿Cómo reconocer los síntomas del estrés?
Puede haber sudoración excesiva, palpitaciones, aceleración de ritmo cardiaco o respiratorio, dolor de cabeza, irritabilidad, cambios de humor, insomnio, y más. Estas manifestaciones físicas pueden provocar o estar asociadas a varias patologías crónicas.
El estrés, ¿se manifiesta de igual forma en todas las personas en época navideña?
No. El estrés es diferente en cada individuo. Lo que es ‘estresante’ para una persona, puede que no lo sea para otra. Existen personas que funcionan muy bien bajo presión y otras que no la toleran y tienden a sentirse frustrados. Es una cuestión interna. Por eso, en el momento en el que se detecta el estrés, es indispensable hacer un pare y encontrar una manera de afrontar los inconvenientes, sin dejarse afectar.
¿Qué consecuencias pueden generar las situaciones de estrés?
Si no se encuentra una forma de combatir el estrés, la persona puede experimentar contracturas musculares, dolores de cabeza, irritabilidad, opresión en el pecho, dificultad para tragar o respirar, temblor corporal, trastornos alimenticios, diarrea o estreñimiento, fatiga, entre otros. Los problemas sexuales, tips nerviosos o conductas compulsivas, como comerse las uñas (onicofagia) también se hacen presentes. Estas dificultades también provocan inconvenientes a nivel interpersonal, laboral y afectivo.
¿Fumar ayuda a liberar el estrés?
No. La ilusión de relajación que provoca el consumo del tabaco no es más que un espejismo. La nicotina es un estimulante y más allá de proporcionar relajación, activa el sistema nervioso. Además, el cigarrillo provoca adicción y tiene consecuencias en la salud.
¿Qué hacer para evitar el estrés en esta época?
Es importante tener un estilo de vida saludable. Evitar el consumo de alcohol, tabaco, cafeína y chocolates que actúan como estimulantes del sistema nervioso central. Estos elementos mantienen a las personas en estado de alerta, pero esta condición termina provocando mucho desgaste emocional y físico. Es fundamental llevar una vida más organizada, establecer prioridades y no dejar que las tareas se acumulen. Practicar ejercicios, llevar una alimentación saludable y dormir bien contribuyen a este objetivo. Buscar actividades de relajación y reflexión es útil, al igual que el aprendizaje de destrezas para enfrentar los obstáculos.