Con esta práctica se mejora la calidad de los movimientos: en el trabajo, la vida cotidiana y la disciplina deportiva…Foto: EL COMERCIO
Todos los ejercicios que ayuden a mejorar los movimientos que se ejecutan en el trabajo, en la vida cotidiana o durante la práctica de alguna disciplina deportiva llevan el nombre de funcionales, la nueva tendencia en el mundo del fitness.
Aunque en Estados Unidos y Europa se los practica desde hace tres décadas, en Ecuador es un ‘boom’ y por esa razón los centros de acondicionamiento del país han incorporado ese programa con el nombre de entrenamiento funcional.
Pero ¿qué es el entrenamiento funcional? Raúl Ramírez, ‘coach’ de Phisique Wellness Club, define esa especialidad como el conjunto de ejercicios que mejoran los movimientos.
El entrenamiento funcional le sirve a un deportista para mejorar su gesto deportivo (técnica), mientras que a una persona ‘novata’ le mejora su calidad de movimiento. Así, ninguno de los dos corre el riesgo de lesionarse durante la práctica deportiva y además, existe la posibilidad de que, con mucho empeño y constancia, el deportista mejore su rendimiento.
Adiferencia de otros programas de entrenamiento -como sucede con el levantamiento de pesas-, esta especialidad involucra a todos los músculos del cuerpo, que son 650, aproximadamente. Dependiendo de la rutina, aclara la ‘coach’ Patty Pachón, unos estarán más activos que otros.
La rutinas de un entrenamiento funcional son variadas e infinitas. Se las puede trabajar al aire libre o dentro de un centro de acondicionamiento físico. Los ejercicios se pueden ejecutar con el peso del propio cuerpo o con material adicional como ligas, mancuernas, bandas, pelotas suizas… Se los puede realizar de forma individual o en parejas.
Para aquellas personas que apenas se involucran en la actividad física, Ramírez recomienda dos clases por semana. Con esa constancia, la persona, además de mejorar la calidad de sus movimientos, quemará grasa, tonificará los músculos, ganará resistencia, velocidad, fuerza… Y con el paso del tiempo y la práctica logrará recuperarse con mayor facilidad tras cumplir con una jornada de entrenamiento.
El número de clases también depende del objetivo de cada persona, por eso es importante la guía de un especialista.
La asesoría de un experto también le ayudará a prevenir lesiones, ya que como se trata de un ‘boom’ puede encontrarse con personal que improvisa las clases y los movimientos.
Entre clase y clase es importante descansar, ya que el cuerpo, según Ramírez, necesita de 72 horas para recuperarse, en al menos un 80%.
Otra ventaja de este programa es que las rutinas son variadas, por lo tanto, los ejercicios se ajustan a todas las necesidades y objetivos.
El abanico de ejercicios le permite al ‘coach’ ajustarlos para personas ‘novatas’, con nivel intermedio y para deportistas de élite.
La clase dura entre 45 y 50 minutos. Antes, los participantes desarrollan una jornada de calentamiento. Al término de la clase, en cambio, estiran los músculos y articulaciones para evitar dolores musculares al día siguiente.
Ambos entrenadores coinciden que para ver resultados es importante combinar los entrenamientos con una alimentación saludable.