Ceniza volcánica provoca afectaciones en función pulmonar e inmunológica

Imagen referencial. Estudio revela que la ceniza volcánica puede provocar afectaciones respiratorias e inmunológicas. Foto: Max Pixel

La caída de ceniza volcánica como la del Popocatépetl, cercano a la capital de México, provoca afectaciones en la función pulmonar e inmunológica, según una investigación de un estudiante de la Universidad del Valle de México (UVM).
Mauricio Rangel González, alumno de la carrera Químico Farmacéutico Biotecnológico de dicha institución, evalúo la citotoxicidad que provoca la ceniza volcánica del Popocatépetl y encontró que los polvos finos pueden afectar a las células murinas J774A.1.
El estudiante afirmó que la ceniza volcánica es un material atmosférico que implica un riesgo en la salud respiratoria en los seres humanos ya que, por su tamaño, podría dañar el epitelio respiratorio, encargado de proteger las vías respiratorias.
Los macrófagos tienen actividad fagocítica, que es un mecanismo de defensa inmunológico celular innato para hacer frente a cuerpos extraños en el organismo, explicó. El papel de estas células es fundamental en la lucha frente a infecciones como candidiasis pues captan microorganismos considerados como desechos y los introducen en su interior para eliminarlos.
Además de que secretan citoquinas, unas proteínas que regulan la función de las células, que son capaces de activar a otras células para dirigir la respuesta inmunitaria, aseveró.
La hipótesis del trabajo de Rangel González es que, si se expone a las células a distintas concentraciones de ceniza volcánica, conforme aumenten las concentraciones la viabilidad celular va a disminuir. "Eso quiere decir que las células van a morir o bien, pueden generar algún tipo de resistencia", comentó.
De acuerdo con el estudiante, la ceniza del Popocatépetl tiene la capacidad de reducir la viabilidad celular de los macrófagos murinos, lo que sugiere una pérdida en la defensa ante microorganismos y antígenos que lleguen al pulmón ante una exposición aguda.
El alumno dijo que este tipo de investigaciones son importantes para que "se genere el interés por encontrar algún fármaco que pueda ser citoprotector para las células" y, en este caso, pueda prevenir algunas enfermedades tanto respiratorias como cardiovasculares.
Las autoridades mexicanas analizan a diario la actividad del Popocatépetl, ubicado en la convergencia de los límites de los estados de México, Puebla y Morelos, desde que en 1994 se inició su actual fase eruptiva.
Este mismo lunes 17 de junio del 2019, el volcán emitió una explosión de ceniza y material incandescente de entre 4 kilómetros y 5 kilómetros.
Un artículo publicado en el 2012 por la revista chilena de enfermedades respiratorias Scielo indica que el "esmog volcánico", como resultado de la fusión entre gases volcánicos, oxígeno, agua y luz solar de la atmósfera, provoca la afectación de las vías respiratorias y los pulmones.
"Este esmog contiene una mezcla de gases y aerosoles de alto nivel de acidez, principalmente ácido sulfúrico, que en contacto con el agua genera 'lluvia ácida'. Estos aerosoles son lo suficientemente pequeños para ser inhalados y penetrar a las vías aéreas y espacios aéreos más profundos de los pulmones".
Según el estudio, los niños y las personas con enfermedades pulmonares son los más susceptibles a contraer una afección respiratoria. Las consecuencias de la inhalación de estos gases dependen de múltiples factores como la concentración de partículas en suspensión, la duración y frecuencia de la exposición a los gases volcánicos, condiciones de la persona expuesta, entre otras.
"Los síntomas respiratorios más frecuentemente señalados por las personas durante y después de una lluvia de cenizas volcánicas son: coriza; irritación y dolor faríngeo, acompañado a veces de tos seca; respiración inconfortable; las personas con afecciones pulmonares previas, desarrollaron síntomas respiratorios agudos intensos (tos, expectoración, sibilancias y disnea), que persistieron por algunos días después de la exposición".